(Foto: Facebook / Patricia Chirinos)
(Foto: Facebook / Patricia Chirinos)

El maltrato que está enfrentando la congresista Patricia Chirinos por haber denunciado la agresión del premier Bellido es parte de lo que desalienta a las mujeres víctimas de violencia a denunciar: una justicia que no les cree y sectores de una sociedad que prejuzgan que ellas son las culpables.

Todo lo que le han dicho a la congresista Chirinos para desacreditar su testimonio muestra lo que tienen que soportar las víctimas que denuncian. Por ello es relevante la respuesta empática que conlleva decir “yo sí te creo”, que consiste en acompañar a las víctimas, en escucharlas y en transmitirles que sabemos que, si bien va a haber una investigación, la justicia y la sociedad no tienen que hacerlas pasar por más sufrimiento, ni escudriñar en sus vidas personales buscando motivos que “hayan provocado” la agresión.

La situación de las víctimas de violencia de género se agrava más cuando deben enfrentarse el cinismo del acusado. Así, todos hemos visto que las respuestas de Bellido han estado dentro de los comportamientos típicos que suelen tener los agresores cuando son denunciados: relativizar el hecho, señalar falta de una relación de confianza, decir que él es el agredido o atribuir que la denunciante lo hace por otro motivo, como querer vacar al presidente.

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Y esta vez la víctima no podía estar más desamparada con políticos y políticas que, habiéndose abanderado en la defensa de los derechos de la mujer, han pedido, primero, investigación exhaustiva y han omitido la empatía del “yo sí te creo”, solo porque esta vez el agresor es su aliado político, como ocurre con la condena a medias de la ministra de la Mujer, Anahí Durand, quien ha evitado nombrar al acusado y ha llamado a que el caso sea investigado por las instituciones pertinentes, cuando es su ministerio el responsable de liderar esta protección. Parece que, para estos grupos políticos de izquierda, el “pin de la igualdad” o el discurso a favor de la defensa de los derechos de la mujer es solo para redituar políticamente, porque cuando en la realidad las víctimas los necesitan, no tienen reparos en apañar agresiones machistas de sus aliados políticos en el gobierno.

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