En las comunidades indígenas amazónicas desde hace décadas que los ciudadanos indígenas mueren antes de llegar a los servicios de salud, que por lo general están muy lejos. Recuerdo hace años, en Imacita, cómo llegaba un peque peque con una persona ya fallecida que venía desde el Alto Cenepa con una madre que gritaba mientras se acercaba al puerto. Recuerdo esa escena con dolor y lamentablemente es frecuente desde hace años. Nuestros compatriotas, los ciudadanos abandonados, lloran sus muertos con impotencia en los botes.