[Opinión] Sonia Chirinos: “El escándalo Watergate”

Fue en junio de hace 50 años cuando saltó el escándalo Watergate. Empezó por la noticia de un robo de documentos en la sede del Partido Demócrata. Dos jóvenes periodistas del Washington Post rápidamente olfatearon el escándalo.

Mi padre en ese entonces tenía 42 años. Vivió y siguió el escándalo con pasión. Y se indignó con el comportamiento de un hombre mediocre (Nixon) que cayó a lo más bajo e ignominioso que esperar se pueda de un hombre con su poder.

Los mismos protagonistas de esta increíble historia, Bernstein y Woodward, acaban de publicar 50 años después. Para ellos, la influencia de los medios de comunicación, la formación de una comisión en el Senado, las posibilidades del impeachment y la orden del Tribunal Supremo que obligó a Nixon a entregar las cintas fueron las claves del proceso que llevó a su renuncia. La del único presidente norteamericano que abandona su puesto de esa manera innoble e indigna.

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Hizo realidad la premonición de Washington en 1796: Hombres astutos, ambiciosos y sin principios subvertirán el orden democrático del sistema norteamericano. La premonición se hizo hombre con Nixon. Pero con él no se rompió el molde. Trump, según los autores, ha superado a Nixon en su maldad y en espíritu mentiroso. Él y sus asesores pretendieron bombardear al país con la falsa afirmación de que él era el vencedor. El asalto al Capitolio, claramente sedición, es la prueba de su talante.

Lo interesante de la efeméride es que pone el acento en la importancia de la libertad de prensa frente a los intentos de subvertir el orden constitucional. Y que, en cualquier caso, nunca hay que rendirse. Ni siquiera ante el poderoso. Incluso él, antes o después, se someterá a la ley.

Lea mañana a: Ariel Segal

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