Fuerza Popular, a través de sus voceros, aseguró que su prioridad ahora es aprobar la ley de la Junta Nacional de Justicia. (Foto: GEC / Video: Canal N)
Fuerza Popular, a través de sus voceros, aseguró que su prioridad ahora es aprobar la ley de la Junta Nacional de Justicia. (Foto: GEC / Video: Canal N)

Pasó lo que estaba cantado. Con las tres nuevas bancadas reconocidas, ayer se acordó la recomposición del Consejo Directivo del Congreso. Se acabaron las imposiciones de una mayoría abusiva e incapaz de liderar una agenda legislativa mínima para el país.

El Consejo Directivo, conformado por los integrantes de la Mesa Directiva más representantes de todas las bancadas, así como la Junta de Portavoces, compuesta por los integrantes de la Mesa Directiva más un vocero de cada bancada, ya no están en manos de la alianza fujialanista. El Congreso ahora puede funcionar sin la dependencia que se tenía a Fuerza Popular y el Apra.

Esta nueva correlación de fuerzas legislativas trajo rápidamente resultados tangibles: este miércoles se verá la ley de la Junta Nacional de Justicia.

La nueva Junta de Portavoces había acordado que el tema no pase por Constitución si se demoraba. Finalmente, tuvieron que acelerar y emitir ayer su propio dictamen. Este salto con garrocha se logró sin los votos de FP y el Apra. Si no se avanzó antes, fue por los pies de plomo con los que estas dos agrupaciones decidieron enfrentar la reforma de justicia. La nueva conformación democrática debería aprovechar la viada y traer cambios inmediatos en el manejo del canal del Congreso y en el área de comunicaciones, que durante estos meses naranjas fueron convertidos en órganos de prensa fujimorista. Llegaron a tales niveles de adulación y sujeción que a pocos cabe duda de que sus principales actores se avergonzarán con los años. Ese canal tiene que estar al servicio de la institución, no de un partido.

Esperemos que vengan más cambios que hagan que este Congreso improductivo recupere algo de respeto. Hay muy buenos congresistas, principalmente de la nueva camada, que no merecen cargar con la estela negativa que la mayoría legislativa ha dejado a su paso.