(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

El cielo de Lima está más gris que nunca, el celeste de la sierra también está gris. El cielo del Perú aunque se quiera teñir de blancos y negros está gris, el color de una tormenta que ya llegó y amenaza con ponerse cada vez peor. Llueve el miedo a cántaros y en todos los rincones, miedo que me temo es válido, pero que está transformándose en ira, violencia e irresponsabilidad.

Es contraintuitivo que un país como el Perú, que ha sido uno de los más golpeados por la pandemia a nivel sanitario y económico, enfrente hoy a la política como su principal miedo. El escenario que aún no termina de definirse va a ser malo para una gran mayoría de peruanos, eso no se puede endulzar ni con miel. Pero la rabia y la violencia, que son contagiosas, lejos de resolver nada, van a empeorar las cosas.

Es difícil predecir qué podrá venir en los siguientes días, pero venga lo que venga, no debemos perdernos en discursos violentos orientados a sacar lo peor de nosotros, tampoco hagamos caso de informaciones que vienen por redes sin fuente que las respalde. La desinformación es muy peligrosa. No perdamos de vista que lo que nos toca defender con toda nuestra fuerza es el Estado de Derecho, la Democracia y la Constitución.

MIRA: [Opinión] Sandra Belaunde: Un suspiro constitucional

Los que gobiernen el país tienen poderes limitados por la Constitución, que además manda que haya un equilibro de poderes. Debemos defender esos límites y ese equilibrio con serenidad, reflexión, sustento y empatía, desde donde estemos. No queremos repetir los cinco años anteriores, ni tampoco seguir los pasos de Venezuela o Bolivia. El país no es de los que lo gobiernan, es nuestro, pero si seguimos polarizados no podremos hacer nada para defenderlo.

Lea mañana a: Álvaro Henzler

VIDEO RECOMENDADO

Keiko Fujimori asegura que "el presidente no genera calma, todo lo contrario"
Keiko Fujimori asegura que "el presidente no genera calma, todo lo contrario"