"Vizcarra, muy a su estilo, quiso despistar a la opinión pública mencionando en sus redes sociales que el allanamiento era parte de un procedimiento que él mismo habría solicitado al Ministerio Público", (Foto: Perú21)
"Vizcarra, muy a su estilo, quiso despistar a la opinión pública mencionando en sus redes sociales que el allanamiento era parte de un procedimiento que él mismo habría solicitado al Ministerio Público", (Foto: Perú21)

Cada vez se sigue evidenciando la corrupción en la clase política del país y esto es transversal a cualquier posición política o ideológica, porque los corruptos y sinvergüenzas están tanto en la derecha como en la izquierda.

Ayer la noticia en los principales matutinos del país era el allanamiento de las viviendas del expresidente Martín Vizcarra y de su adlátere de mil y una batallas, Elmer Trujillo, que estuvo a su lado desde el gobierno regional de Moquegua y de ahí pasó por el MTC cuando su jefe fue ungido presidente de la República. Trujillo se convirtió en el hombre orquesta de todos sus gabinetes, en cargos inamovibles, como en el caso del MTC, que finalmente decantó en el proceso judicial que les persigue a los dos moqueguanos implicados en una red de coimas y tráfico de obras para beneficio personal.

Vizcarra, muy a su estilo, quiso despistar a la opinión pública mencionando en sus redes sociales que el allanamiento era parte de un procedimiento que él mismo habría solicitado al Ministerio Público. Situación nada cierta, era otra más de las mentiras a las que nos tiene acostumbrados Vizcarra para pasar piola ante tanto escándalo de corrupción que lo sindica ya como presunto líder de esta organización criminal que ya tiene a dos de sus principales esbirros purgando prisiones preventivas por el direccionamiento de obras de licitación a cambio de jugosas coimas, que habrían llegado hasta Palacio.

La propia Fiscalía inmediatamente salió a desmentirle y manifestar abiertamente que los allanamientos de madrugada son propios de la labor fiscal, que con una autorización judicial proceden a levantar toda la información en los domicilios de los delincuentes que consideren valiosa para sus investigaciones. Dada la astucia de Vizcarra, para este allanamiento ya debió de haber puesto a buen recaudo la información y las pruebas que lo incriminan, conociendo que hace tiempo se destaparon otros casos de corrupción cuando él era gobernador regional y que también por ello están pidiendo cárcel.

Vizcarra es un mentiroso compulsivo y astuto al pretender escudarse así de las denuncias que tiene por delitos de corrupción. Pero el círculo se le viene cerrando con las delaciones reveladoras que lo incriminan directamente en una red de corrupción.