Desde muy niño, la Navidad me generaba ilusiones y, más allá de las necesidades que uno podía tener, era la fiesta del año, qué mejor si era en mi tierra Andahuaylas, donde se realizan las fiestas patronales más grandes con ocasión del nacimiento del niño Jesús, con danzas, música, fuegos artificiales, la pomposidad característica de los Andes y el sincretismo en su esplendor. La fiesta dura un mes y ahora se ha oficializado como las celebraciones del ‘Niñuchanchik’, que quiere decir nuestro niño, y ya es parte de la agenda de festividades del país.