[OPINIÓN] Richard Arce: “La deshumanización de la política”

Estos días estamos siendo testigos del ataque furibundo desde el anonimato, usando miles de troles y bots en una campaña bien orquestada para descalificar a Gustavo Gorriti, un periodista que se atrevió a denunciar al poder durante toda su trayectoria profesional y eso le ha costado persecución política y todo tipo de insultos y diatribas; pero mostrando integridad ha tenido el valor de salir al frente, a pesar de la difícil enfermedad que afronta.

Nunca le van a perdonar que sus declaraciones significaron una condena al dictador Fujimori o que sus investigaciones en Brasil nos permitan a la opinión pública conocer todo el escándalo de corrupción de Lava Jato; los poderosos se la tienen jurada. Por eso, la respuesta no se ha dejado esperar y ahora han salido a burlarse de la enfermedad que afronta Gorriti, como una muestra vil de la decadencia humana.

Pero esto no es nuevo. Es recurrente en los sectores de extrema derecha y también de extrema izquierda. Por ejemplo, para ayer también salieron en tropel los troles en las redes sociales para insultar y burlarse de Susana Baca, nuestra artista más prestigiosa, ganadora de Grammys, que está muy delicada de salud; todo por tener una posición política discrepante de los intereses de la DBA.

Sucedió lo mismo hace poco, cuando falleció Pedro Suárez-Vértiz. Igual no se hicieron esperar los insultos y burlas, ahora de la extrema izquierda, que no respetó ni el luto de su familia para burlarse en las redes sociales con la muerte y su larga lucha contra su enfermedad crónica.

Lo viví en carne propia cuando era congresista, y Vladimir Cerrón se burlaba del fallecido congresista Mario Cancio, quien tuvo el valor de denunciarlo por corrupción y que gracias a esas denuncias hoy tenemos sentencia por los delitos de este impresentable. Frente a ello el argumento de Cerrón fue la burla y el insulto con el cáncer terminal que padecía Cancio.

¿Se dan cuenta de esa deshumanización de los extremos es sistemática? Son coprófagos y son realmente un peligro con las posiciones de extrema derecha y de izquierda; son unos hipócritas que van a tener comportamientos de fariseos cuando, en realidad, solo quieren imponer sus aberrantes posiciones políticas, convirtiendo en enemigo a aquel que ose criticarlos o enfrentarlos. Si no, recordemos a Sendero, que ajustaba cuentas con mayor violencia y ensañamiento con los compañeros de izquierda que se atrevían a contradecirlos o criticarlos; son antidemocráticos y totalitarios, no lo duden.