[OPINIÓN] Richard Arce: “El fujicerronismo detrás del Defensor del Pueblo”

Ya no es una sorpresa que en el Congreso se pongan de acuerdo el cerronismo y el fujimorismo para imponer en la Defensoría del Pueblo al excongresista nacionalista Josué Gutiérrez, ferviente escudero y servil de Nadine Heredia, durante su anterior estancia en el Congreso.

Un personaje sin mayor mérito y sin las calificaciones mínimas para asumir un cargo de suma importancia que requiere solvencia moral, ecuanimidad, responsabilidad y profesionalismo. Revisando su hoja de vida, no tiene ningún antecedente que resaltar en su labor profesional, sus estudios universitarios grafican su mediocridad.

Que ahora el fujimorismo empiece a coquetear con sus votos, es un verdadero peligro para la institucionalidad de la Defensoría del Pueblo. Se tiene que entender el rol determinante en la defensa de los derechos de la ciudadanía que tiene la Defensoría.

El cerronismo lo habría propuesto como moneda de cambio por haber defendido como abogado a Vladimir Cerrón. La extrema izquierda trasnochada, ahora de la mano con el fujimorismo de la extrema derecha prepotente, unidos, son un peligro. Debe haber alguna componenda.

No nos extraña, porque han votado colegiadamente estos dos extremos en varios proyectos de ley, cuando se ha tratado de tumbarse reformas importantes como la de la educación superior o la de transporte, así como cuando quieren tumbarse cualquier iniciativa con enfoque de género; eso les ha producido urticaria y han sido capaces de unirse para imponer sus agendas radicales.

Estemos atentos a esta nueva jugada del Congreso, que es evidente que busca copar otra institución determinante del país, que nos dejaría al pueblo en la orfandad y sin el rol determinante que siempre ha cumplido la Defensoría en la defensa de los derechos y los intereses del pueblo, como está establecida en su concepción.

Recuerden bien que el fujimorismo ya tuvo su defensor del Pueblo con Walter Gutiérrez, que fue impuesto por la mayoría absoluta que tenían en el Congreso; entonces no sería extraño que ahora vuelvan en las mismas andanzas y voten por su otrora enemigo.