[OPINIÓN] Richard Arce: “Desplazados por el Congo”

“En términos económicos, la región Apurímac deja de percibir un aproximado de 5 millones de soles por cada día paralizado, por concepto de canon y regalías”.
[OPINIÓN] Richard Arce: “Desplazados por el Congo”. (Foto: Rolly Reyna / El Comercio)

La noticia que ha corrido en diversos espacios y los principales tabloides económicos del país ha sido el desplazamiento del Perú del segundo lugar de mayores productores de cobre en el mundo por parte del Congo africano en términos de volumen de exportación mundial de ese mineral.

En realidad, siempre hemos estado siguiendo el rastro de Chile, que se mantiene como primer productor mundial de cobre, por la cartera de proyectos que maneja e impulsa, desde hace décadas y con un modelo que tiene a la empresa estatal Codelco como uno de los principales aliados para mantener el liderazgo mundial del cobre.

El problema real es que en nuestro país hemos vivido unos años de inestabilidad política y la crisis social, como efecto subsecuente de la estigmatización de la inversión minera que se está viviendo en los últimos años, que ha significado la paralización de varias operaciones mineras.

El caso más representativo es del Corredor Minero, con el proyecto minero Las Bambas, que, desde el inicio de operaciones en 2016, hasta la fecha ha tenido más de 600 días que han puesto en riesgo la explotación minera. En términos económicos, la región Apurímac deja de percibir un aproximado de 5 millones de soles por cada día paralizado, por concepto de canon y regalías.

Y, por más que se ha incentivado la producción con el precio alto del commodity, en esta etapa del superciclo de precios altos del mineral cuprífero, la conflictividad social persiste y se siguen gestando protestas, limitando seriamente la competitividad de la explotación de este recurso natural.

Hasta hace cuatro años le duplicamos la producción de cobre al Congo, con más de 2.4 millones de toneladas del mineral; hoy este país africano ha duplicado su producción, con el aliciente de la alta ley que tiene al explotarlo en la mina Ivanhoe Mines LTd., en la zona de Kamoa-Kakula, con lo cual se ubica a la vanguardia de la producción mundial del cobre.

Mientras no se tenga una política clara para abordar los conflictos sociales y no se involucre seriamente a las comunidades campesinas de los beneficios que genera la actividad minera, vamos a seguir perdiendo y ya no solo competitividad, sino la posibilidad del desarrollo del país.

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