Héctor Becerril se reunió tres veces con Guido Aguila, según el propio testimonio del expresidente del CNM. (Foto: Agencia Andina)
Héctor Becerril se reunió tres veces con Guido Aguila, según el propio testimonio del expresidente del CNM. (Foto: Agencia Andina)

La interpelación más injusta que ha visto el Perú reciente es la de Jaime Saavedra a fines de 2016. Fue una revancha de carnicero. Las preguntas del pliego interpelatorio que lo pusieron en el banquillo fueron una broma de mal gusto que evidenciaba que las respuestas que él podía dar eran lo que menos importaba. Al final, la mayoría legislativa lo sacó, y a la mala. Con el tiempo, supimos que en el frenesí de la celebración fujimorista que cocinó su salida surgió este mensaje de Keiko Fujimori a Héctor Becerril: “Hoy demostraste que eres un excelente presidente de Fiscalización (del Congreso)”.

En retrospectiva, ese mensaje de Keiko a Héctor dice mucho. Habla sobre qué significó para ellos fiscalizar, y, ante todo, que significó para ellos la excelencia. Ya en ese momento, Becerril se había convertido en una de las caras emblemáticas de una mayoría que usó su fuerza abusivamente para aplastar sistemáticamente a sus rivales. Ahora queda claro que para el núcleo keikista, eso era lo mejor para el Perú porque ellos se alucinaban el Perú. Realmente se la creían.

Al ver en Cuarto poder la sólida acusación contra el congresista de Fuerza Popular por pedir lujosos acabados para su casa en Trujillo a cambio de obras, me acuerdo que este ya merecía el desafuero por la denuncia de injerencia en el proceso de elección en el CNM de los “hermanitos”, pero sus colegas “patriotas” lo blindaron. ¿Lo seguirán haciendo? Tal vez la congresista Vilcatoma, siempre atenta a la oportunidad, se anima a presentar una denuncia constitucional.

Mientras esperamos, me quedo con la imagen que nos regala la delatora que dice que Becerril estaba tan nervioso con el rastro que había dejado con sus tratos oscuros que incluso pensó picar el porcelanato que había pedido como contraprestación.