Se ha estrenado en Netflix La ley de Lidia Poët protagonizada por la actriz italiana Matilda De Angelis. La serie se inspira en la vida de Lidia Poët, quien fue la primera abogada italiana. Poët, la de carne y hueso, estudió Derecho en la Universidad de Turín. En un primer momento, fue aceptada en la Orden del Colegio de Abogados y Fiscales de Turín, pero aquello fue considerado un escándalo y se abrió un intenso debate acerca si las mujeres podían ejercer la abogacía.

En 1883 anularon su ingreso al colegio de abogados y le prohibieron ejercer la abogacía porque esta era una labor ‘destinada para los hombres’. Poët presentó un recurso de apelación ante el tribunal, pero este también fue rechazado. Lidia se dedicó, entonces, a colaborar en el despacho de abogado de su hermano Giovanni Enrico. También se dedicó a hacer activismo para que los derechos de las mujeres sean reconocidos, se integró al Consejo Nacional de Mujeres Italianas y se encargó de dirigir los asuntos jurídicos. Ayudó jurídicamente a mujeres, menores y marginados. También fue la presidenta del comité de las mujeres en Turín que luchaba por el voto femenino.

La ley de Lidia Poët. (Foto: Netflix)
La ley de Lidia Poët. (Foto: Netflix)

La Poët de la serie, por su lado, es una especie de Sherlock Holmes que resuelve casos de asesinatos con más olfato de detective forense que de abogado. Lo que es entendible porque para la pantalla no tiene el mismo atractivo los casos de sangre que las compraventas de terrenos, las herencias o los contratos civiles. La serie es entretenida, está ambientada en el Turín de inicios del Siglo XX, tiene romance, erotismo y una dinámica de serie policial. Más allá de la romanización del personaje, vale la pena verla. La actuación de Matilda De Angelis es destacable. Los vestuarios de la serie están muy bien elaborados, las historias policiacas tienen verosimilitud y la banda sonora está bien escogida. Se espera que eventualmente se anuncie una segunda temporada.

Sin embargo, el valor de la serie no está en la resolución de los casos de sangre, está en rescatar del olvido a un personaje esencial en la lucha de los derechos de las mujeres. Después de la Primera Guerra Mundial se abolió la ley que prohibía a las mujeres ocupar cargos públicos (la abogacía se consideraba uno) y Lidia Poët, a sus 65 años, se convirtió en la primera abogada de Italia tras largos años de luchas y humillaciones.

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