“Resulta difícil ver los resultados de las ‘grandes acciones’ con las que el actual gobierno iba a mejorar la vida de los más necesitados, salvo que se refirieran a un grupo muy cercano, muy pequeño”. (Foto: Andina)
“Resulta difícil ver los resultados de las ‘grandes acciones’ con las que el actual gobierno iba a mejorar la vida de los más necesitados, salvo que se refirieran a un grupo muy cercano, muy pequeño”. (Foto: Andina)

En un grifo (y supongo que en toda la cadena), una gran banderola anuncia “Trío perfecto”. Exactamente, al lado se puede observar tres octógonos: “Alto en grasas saturadas”, “Alto en azúcar” y “Alto en sodio”. El trío perfecto, que comprende dos paquetes de galletas y un jugo, se adquiere por dos soles, sumados a la compra de combustible; y es posible que ese mismo trío sea el almuerzo de un taxista ese día.

Los gobiernos se han ocupado mucho de disuadir el consumo de lo que consideran productos nocivos; en un contexto de inflación y pobreza crecientes, es momento de fomentar y apoyar a las familias en el consumo de alimentos nutritivos, de bajo costo y agradables, especialmente para los niños.

Que la inflación haya llegado a casi 8% en los últimos 12 meses, con aumentos no desdeñables en los alimentos, significa que las personas deberán cambiar hábitos y, si a ello sumamos el desempleo, incluso tendrán que reducir su consumo: las compras se harán por cantidades menores, lo cual reducirá las porciones de las familias.

¿Qué tan mal estamos? El gerente de una empresa importante y formal comentaba que, al reclutar personal, las personas ya no preguntaban por el sueldo o la remuneración mensual, sino por qué significaba esto: cuánto iban a recibir de pago al día.

Alineado a lo que menciona el economista Pablo Lavado, respecto al aumento de un 35% del número de familias no pobres, pero que son vulnerables y podrían recaer en la pobreza, se perdió la ilusión de construir un mejor futuro.

Hace ya algún tiempo, Richard Webb explicaba la mejora de la calidad de vida que se había logrado en los pobladores rurales gracias al incremento de la productividad, lo cual suponía no solo la mejora tecnológica, sino su acercamiento a las ciudades y a los servicios que estas proveían. ¿Se mantendrá esa tendencia?

Desde la pandemia hasta la escasez de fertilizantes, pasando por el deterioro de los servicios públicos de salud y educación, y manteniendo o empeorando la informalidad del empleo, resulta difícil ver los resultados de las ‘grandes acciones’ con las que el actual gobierno iba a mejorar la vida de los más necesitados, salvo que se refirieran a un grupo muy cercano, muy pequeño y poco selecto.

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