[Opinión] Pablo Vilcachagua: Britney vs. Spears

Hace veinte años, el nuevo milenio llegaba con un vendaval llamado Britney Spears. La princesa del pop, como fue apodada por ese entonces al ser considerada como la sucesora de Madonna, era en realidad la reina del mundo. Su rostro ocupaba portadas de revistas. Sus romances llenaban las crónicas televisivas y las coreografías de sus canciones eran repetidas por afiebradas escolares. ‘Baby one more time’ se convirtió en el himno de una generación que asomaba desenfrenada. El mundo entero estaba enamorado de Britney Spears.

Pero la fama tiene un precio. Y el precio de ser Britney fue demasiado duro. Con el paso de los años su luz comenzó a apagarse y las noticias sobre ella comenzaron a ser ajenas a la música. Su matrimonio, su divorcio, la lucha por la tenencia de sus hijos, las drogas, su internado a un hospital psiquiátrico y los excesos fueron la comidilla de los paparazzis, que nunca la dejaron de acosarla. Pero no sería hasta fines de aquella década que se empezaría a hablar de un hecho insólito: su padre, Jamie Spears, recibiría una tutela judicial sobre la cantante.

Lo que iniciaría como un asunto estrictamente legal, terminaría en un extenso proceso judicial que incluiría un movimiento global a favor de la libertad de la cantante. Sobre ello habla Britney vs. Spears, un documental estrenado la semana pasada en Netflix.

En el largometraje, la periodista, Jenny Eliscu y la cineasta Erin Lee Carr, desgranan la vida, carrera, éxito y crisis de la cantante, pero, sobre todo, se detienen en su polémica tutela. A través de entrevistas exclusivas y documentos confidenciales se explica las conflictivas relaciones entre Britney y su padre y cómo este logró controlar las decisiones personales y profesionales la artista: desde cuentas bancarias hasta sus mensajes.

Causa conmoción, sin duda, conocer que, durante la cima de su carrera, la cantante nunca pudo encontrar descanso en su familia. Quizás ello la llevó a tomar decisiones tan peculiares como salir con un paparazzi o permitir que un novio suyo sea su cotutor, tal como se revela el documental. Y no fueron pocos los que la vieron solo como una mina de oro.

Britney vs. Spears llega a narrar los acontecimientos del proceso de Britney para liberarse de la tutela hasta mediados de este año. Si bien no llega al 29 de setiembre pasado, cuando un juez finalmente removió a Jamie como tutor, sí resulta indispensable para llegar a conocer las batallas internas y externas de la princesa del pop.

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