[Opinión] Mónica Delta: “Follow the money”

“Cayó el “mejor amigo” del Ejecutivo, Juan Silva (...) pero poca esperanza hay en que Castillo designe a un titular de pliego que no responda a cuotas políticas, o lo que es peor, a apetitos financieros, públicos y privados”.
Juan Silva dejó el cargo de Ministro de Transportes y Comunicaciones. (Foto: MTC)

Ruta inequívoca. A estas alturas quedan pocas dudas y hay muchas certezas de la poca idoneidad de profesionales en el aparato del Estado y la presencia de un círculo cercano a la cúpula del , o dentro de ella, que solo tiene un objetivo: hacer caja con la plata de todos los peruanos y en desmedro del tantas veces mentado pueblo.

Los ciudadanos decentes del país, que son la infinita mayoría, no merecen personajes que van desde agresores de mujeres hasta cabecillas encargados de festinar obras públicas que transpiran un olor a corrupción inconfundible. El discurso presidencial sigue siendo pobre, refundacional, primitivo y vacío respecto a los verdaderos problemas sociales y económicos del Perú.

Cayó el “mejor amigo” del Ejecutivo, , quien había sobrevivido a cuatro gabinetes en el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, donde el presupuesto es el más abultado, pero poca esperanza hay en que Pedro Castillo designe a un titular de pliego que no responda a cuotas políticas, o lo que es peor, a apetitos financieros, públicos y privados, que le sigan robando la esperanza a los más necesitados.

El ex MTC, desde el primer día (como en Salud y Minem) tenía en su mochila una lista de cuestionamientos que fueron desde papeletas, violencia familiar, pacto con lo peor del transporte informal ofreciendo la cabeza de funcionarios a cambio de que “no le hagan olas” y por último el testimonio de la lobbista Karelim López que aspira a la colaboración eficaz, quien lo sindica como pieza clave en el direccionamiento de obras públicas dentro de una organización criminal, en la que se menciona al propio Jefe de Estado, el exsecretario de Palacio, a oscuros empresarios ganando licitaciones por millones de soles, los sobrinos de la pareja presidencial y ciertos congresistas vinculados nada menos que a Acción Popular.

¡Pobre FBT si estuviera vivo! Mientras tanto, en el Congreso, siguen ensayando mociones de vacancia que no tienen los votos y el presidente llamando a los organismos internacionales para que lo defiendan. Un verdadero y triste despelote que sigue erosionando la dignidad de los peruanos. Ojalá “Dios” se acuerde que, a veces, es peruano, e ilumine el camino de una salida.

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