(Foto: GEC)
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Esta semana se publicó el informe de Idea Internacional “El estado de la democracia en el mundo 2021: Fomentando la resiliencia en una era pandémica”. El informe es el resultado de la revisión de 116 indicadores, en 165 países. La pandemia ha afectado la democracia en el mundo. En 2020, el número de países que cambiaron el rumbo hacia el autoritarismo superaron en número a los que iban en dirección democrática. Muchos países han retrocedido en los indicadores democráticos, alcanzando la cuarta parte de la población, los cuales, sumado a aquellos que viven en regímenes no democráticos, constituyen más de dos tercios de la población mundial. Sin embargo, la evidencia muestra que los regímenes autoritarios no han tenido mejores resultados que las democracias en la lucha contra la pandemia; más bien muestran un déficit en la transparencia y rendición de cuentas.

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Para frenar el creciente autoritarismo y revertir la tendencia, el informe plantea una alianza global que incluya, entre otras medidas,: mayor deliberación social que acerque las brechas entre lo que los ciudadanos necesitan y lo que los gobiernos pueden proveer, abordar las desigualdades exacerbadas por el COVID-19, priorizar la erradicación de la corrupción y asegurar que los principios de sostenibilidad ambiental sean integrados en el desarrollo de políticas públicas, luchar contra la desinformación, construir culturas democráticas y reformar en las instituciones democráticas a fin de afrontar los retos del siglo XXI. Señala que la academia tiene un papel clave que desempeñar en la evaluación en términos de proceso y resultados. Debe alimentar continuamente sobre las prácticas y herramientas de la democracia a fin de lograr que esta sea más inclusiva.

Hay aspectos positivos que destaca el informe como el importante número de países alrededor del mundo que desarrollaron elecciones en condiciones difíciles. Asimismo, el crecimiento y la innovación en el uso de tecnologías y una política de “gobierno abierto” que requiere para fortalecerse de una mayor colaboración entre el Ejecutivo, el Legislativo, la sociedad civil y los medios de comunicación.

El informe pone énfasis en la importancia del control para fortalecer la democracia, tanto el que ejerce el Parlamento como el Poder Judicial. Para ello se debe contar con un Parlamento efectivo que supervise al Ejecutivo en la prestación de servicios oportunos y adecuados a los ciudadanos. Los parlamentos tienen un papel vital en la supervisión de gastos. El documento señala que la colaboración entre el Gobierno y el Parlamento debe conducir a mejores resultados que una respuesta centralizada.

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