(Foto: Anthony Niño de Guzmán/@photo.gec)
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El fin de año siempre es un momento para la autoevaluación así como para definir prioridades en la vida personal, familiar, laboral y también para quienes tienen un rol como tomadores de decisiones para la marcha del país. Este año, el Papa Francisco propone en el mensaje para la celebración de la 55 jornada mundial de la paz, tres caminos para construir una paz duradera, aplicables a cada ámbito de nuestra vida que resumo y cito en los párrafos siguientes. El primero, diálogo entre las generaciones como base para la realización de proyectos compartidos. El segundo, la educación, como factor de libertad, responsabilidad y desarrollo. El tercero, ver el trabajo como medio para una plena realización de la dignidad humana. Se trata de una propuesta que excede a los católicos e invita a comprometerse a personas de buena voluntad.

Todo diálogo sincero requiere de una confianza básica entre los interlocutores en la que hay que trabajar. Dialogar significa escucharse, confrontarse y ponerse de acuerdo. El diálogo entre generaciones debe extenderse a los distintos grupos de la sociedad.

El mensaje refiere a la instrucción y la educación como las bases de una sociedad cohesionada, civil, capaz de generar esperanza, riqueza y progreso. La educación debe verse desde sus actores principales, niños y jóvenes. Las clases a distancia han provocado, en muchos casos, una regresión en el aprendizaje y en los programas educativos. Se busca un pacto que promueva la educación a la ecología integral según un modelo cultural de paz, de desarrollo y de sostenibilidad.

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Finalmente, señalan que el trabajo es un factor indispensable para construir y mantener la paz. Es expresión de uno mismo, pero también es compromiso, esfuerzo, colaboración con otros, porque se trabaja siempre con o por alguien. La situación laboral que ya estaba afrontando múltiples desafíos en el mundo, se ha agravado por la pandemia del COVID-19. La pandemia ha cambiado el paradigma de la relación laboral y ha generado la quiebra de muchas empresas con las consecuencias en la pérdida de trabajo formal, los trabajadores precarios son cada vez más vulnerables. El documento llama la atención sobre un hecho: solo un tercio de la población mundial en edad laboral goza de un sistema de seguridad social, o puede beneficiarse de él de manera restringida.

A este plan de retos comunitarios se pueden agregar otros que afiancen la libertad personal pero que contribuyan a logros para el camino de la paz social con desarrollo integral y solidario.

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