El voto anti-Keiko ha definido las elecciones con Ollanta Humala en 2011 y PPK en 2016, pero eso no les dio gobernabilidad. Creo que, en estas elecciones, Keiko Fujimori logró dar una alternativa, pedir un voto de confianza e, incluso, sin estar de acuerdo con ella, poder combatirla en democracia; puedes pelear por la democracia en democracia, pero no puedes hacerlo en dictadura, y con Vladimir Cerrón era la puerta a lo que ha pasado en Bolivia, Cuba y Venezuela.

Tuve que enfrentarme yo misma a mis propios prejuicios y tomar una decisión por mi país. Eso no me libera de mis responsabilidades de la lucha por los derechos humanos.

Me siento liberada, he pasado un espacio que tuvo tanto prejuicio, buscar cosas buenas es una manera de sanar. El abrazo entre Vargas Llosa hijo y Keiko Fujimori fue una nueva oportunidad, y eso pasa porque ambos candidatos asuman los resultados con prudencia.

El nuevo ministro de Justicia debe garantizar la independencia de los poderes del Estado y eso demanda del Ejecutivo dotar de los fondos para enfocarse en dos cosas: transparencia, tener una autoridad que asegure acoger las denuncias, y un Poder Judicial independiente para canalizar esas denuncias; se debe entender que el límite del poder es la ley.