[Opinión] Mónica Delta: Malsana normalidad

Todas las investigaciones apuntan a Palacio de Gobierno. En otros momentos de la historia de corrupción en el país, habría parecido surrealista ver a la Policía y al Ministerio Público entrando a la sede gubernamental para detener a alguien. Sin embargo, desde que en el baño del exsecretario general hallaran 20 mil dólares, hoy indicios claros de que serían parte de coimas por ascensos militares, ya no sorprende una nueva diligencia judicial.

La captura de la hermana de la esposa del presidente Pedro Castillo. No encontraron a Yenifer Paredes, a quien investigan desde que aparecieron videos junto al alcalde de Anguía, Nenil Medina, y Hugo Espino (detenidos) ofreciendo obras de saneamiento en San Miguel de Cajamarca. Hoy está prófuga de la justicia, como el sobrino del presidente Fray Vásquez y el exministro de Transportes y Comunicaciones Juan Silva. Lo más grave, aunque diera la impresión de que se están normalizando estas diligencias, sería la comprobación de que en todos esos casos se estaría utilizando el poder del gobierno para encubrir delitos.

El presidente Castillo solo atina a victimizarse, a asegurar que hay un complot de los medios para sacarlo, no dice una sola palabra sobre las evidencias, las acusaciones en su contra y contra sus más cercanos allegados. La Fiscalía, en su tesis, lo sindica a él como jefe de una organización criminal, teniendo como cabecillas al ministro de Vivienda (hoy Transportes) Geiner Alvarado, como coordinadores a Lilia Paredes –incluyendo a los hermanos de esta–, al alcalde de Anguía y a los hermanos Espino.

Claro que en la oposición tiene enemigos, claro que hay “vacadores de oficio”, pero es también muy claro que la Fiscalía está haciendo su trabajo de investigar la corrupción que toca muy de cerca al jefe de Estado, que no es un invento mediático, que hay cinco carpetas fiscales con presuntos delitos cometidos por su entorno, y una sexta en camino, que le apuntan como cabeza de esta presunta banda. Mientras que usted, señor presidente, sigue sin responder mínimamente frente a la gravedad de las denuncias.

Lo más peligroso es esta malsana normalidad en la que pretende mantener al país. Insiste en un argumento banal: que lo persigue la prensa, que usted tanto desprecia. Lo que hay es una persecución fiscal, por evidencias claras de comisión de delitos, en el nivel más alto del poder, y los periodistas son los que revelan esto todo los días.

PD. Al cierre de esta columna, Yenifer Paredes se entregó a la justicia y el abogado del presidente Pedro Castillo, Benji Espinoza, presentó su renuncia.