"El reto es enorme, pero el turismo ya ha mostrado su resiliencia...".
"El reto es enorme, pero el turismo ya ha mostrado su resiliencia...".

La carrera política de Pedro Castillo termina como empezó, sembrando caos y destrucción. Castillo –podríamos llamarlo Castigo– se dio a conocer en 2017, liderando una huelga magisterial que instrumentalizó para sus propios fines. Las movilizaciones paralizaron el turismo en el sur durante meses, trayendo enormes pérdidas. Como presidente, encabezó un desgobierno que tuvo como única agenda saquear el aparato estatal. 18 meses en los que el país retrocedió. Con un Mincetur que no movió un dedo por el sector, abocándose 24/7 a defender lo indefendible. Hoy Castillo cierra su ciclo convertido en golpista y, no contento con ello, en un azuzador que sigue engañando a la población. No nos equivoquemos, los terribles días que estamos viviendo, los actos de vandalismo y las lamentables pérdidas humanas lo tienen a él como principal responsable.

Para la industria turística es un fin de año desastroso. Bloqueo de carreteras, cierre de aeropuertos, entre ellos los de Arequipa, Cusco y Juliaca (recordemos que la región sur concentra 85% del turismo receptivo). Las protestas dejan cientos de viajeros varados esperando ser rescatados, miles de pasajeros que han perdido sus vuelos e infraestructura destruida. Las reservas para temporada de fiestas canceladas casi en su totalidad, dejando sin ingresos a pequeños negocios: hostales, restaurantes, porteadores, guías turísticos, artesanos. Sin mencionar que la imagen del país está en su nivel más bajo desde los 80.

Esperamos que esta crisis logre solucionarse, sin nuevas tragedias que lamentar. Nos queda por delante un arduo trabajo para resanar la imagen del Perú y atraer viajeros nuevamente. El reto es enorme, pero el turismo ya ha mostrado su resiliencia. Y los peruanos que sacan a flote el país siempre seremos más que quienes buscan hundirlo.