[OPINIÓN] Juan Stoessel: Reactivando el ombligo del mundo

La reactivación del turismo tendrá como epicentro Cusco, nuestro destino #1 para atraer viajeros. Tras un año catastrófico para la industria, ya están llegando visitantes, principalmente de EE.UU., México, Canadá, quienes, ya vacunados, buscan desquitarse del largo encierro. Machu Picchu está recibiendo hasta 1,400 turistas por día. Aunque está lejos de los 4-5 mil diarios prepandemia, es sumamente alentador. Sobre todo para los cientos de restaurantes, albergues, servicios de taxi, comercios, ferias artesanales, en la ciudad de Cusco y en los distintos poblados que dependen del turismo. Después de tantos meses sin ingresos, el retorno de extranjeros es vital para la población local.

Sin embargo, preocupa ver que nos metemos autogoles. El aeropuerto Velasco Astete, en vez de recibir viajeros con los brazos abiertos, sigue brindando un pésimo servicio. Por ejemplo: obligándolos a salir hasta la calle con sus maletas, porque el estacionamiento permanece inexplicablemente cerrado. ¿Qué busca Corpac, ahuyentar turistas? Por otro lado, hay grupos en Cusco que, lejos de impulsar la reactivación, la quieren torpedear. Están hablando de huelgas y hasta de cerrar el acceso a Machu Picchu. ¡Necesitamos salir de la crisis, no empeorarla! Si hay desacuerdos, toca sentarse a conversar y buscar soluciones en beneficio de todos los cusqueños. Ya hemos perdido suficientes divisas y empleos.

Seamos constructivos y proactivos. Pensemos en iniciativas que sumen, como usar pasaportes de vacuna (tal cual hace Europa), para gestionar fácilmente el ingreso de viajeros. O priorizar la vacunación de trabajadores turísticos, para agilizar la recuperación de puestos de trabajo y dar más confianza como destino seguro. Nuestro objetivo debe ser uno solo: ¡hacer que el turismo en Cusco y en todo el Perú vuelva a despegar!