Los retorcijones políticos de Maraví para no dejar el cargo no han cesado en la última semana, señala el columnista. (Foto: PCM)
Los retorcijones políticos de Maraví para no dejar el cargo no han cesado en la última semana, señala el columnista. (Foto: PCM)

Con el paso de los días, los ciudadanos comprueban, no con poca perplejidad, que tenemos un gobierno seriamente ligado a terroristas, corruptos, misóginos y mediocres, como antítesis de lo que realmente necesitamos en el Perú: funcionarios íntegros, con experiencia exitosa de gestión y altamente competitivos para sacar adelante a un país convaleciente y fatigado por una pandemia mortal, incertidumbre económica e inseguridad cabalgante que, a juzgar por los actos del gobernante (y su gabinete) no son su prioridad.

Luego que Iber Maraví fue expuesto por los medios como terrorista de Sendero Luminoso (según documentos que se mostraron), de su relación indesligable con los órganos de fachada de SL (Conare) y de haber participado en un ataque contra un local de Acción Popular en Ayacucho en 1980, no queda duda que los acciopopulistas, después del voto de confianza, serían afectos a danzar hasta con hienas.

Los retorcijones políticos de Maraví para no dejar el cargo no han cesado en la última semana. Desde su defensa en medios y la ambigua carta “poniendo cargo a disposición” dirigida a Castillo, ha hecho todo lo posible para no abandonar el ministerio. Tanto a Castillo como a Maraví les interesa un comino la “gobernabilidad”, ya que no han tenido mejor idea que pechar al país, escondiéndose bajo las faldas de falso “pueblo” que alucinan que los respalda. La relación senderista de Maraví con Castillo fue defendida descaradamente por este último, cuando desaforadamente emplaza a los congresistas y en tono desafiante expresa que “nadie la va a poner la agenda”. De locos.

Queda claro que el “Juego en pared” entre Pedro Castillo y Vladimir Cerrón en sus objetivos de fondo (Nueva constitución y consolidar el poder hacia el socialismo), goza de buena salud. El primer peón en caer (Béjar es de Cerrón, y Maraví de Castillo, pero aún se aferra al cargo) es solo la primera línea en tambalear y que resistirá el tiempo que dure el ruido político y ciudadano. Aún así, la estrategia planeada por años por la izquierda radical está en marcha, sin ninguna duda.

El trabajo de los demócratas y libertarios que están saliendo de su zona de confort de sus partidos, empresas, negocios o sus propios hogares, está creciendo a nivel nacional, pero no con el ritmo y el compromiso que la gravedad del asunto requiere.

El desconocimiento de muchos sobre la estrategia de Sendero Luminoso y los chavistas, es una tarea pendiente que estamos empeñados en resolver, tocando puertas de todas las tiendas políticas para que escuchen de primera mano el peligro que corre el país, y lograr entender que debemos anteponer a la amenaza un liderazgo potente, una estrategia coherente y una organización sólida sobre la base de la unidad. ¡Sí se puede!