“Es clave que podamos contar con una normativa que ajuste los protocolos actuales, que a la fecha limitan la asistencia a las escuelas, al establecer un distanciamiento de un metro”. (Foto: Andina)
“Es clave que podamos contar con una normativa que ajuste los protocolos actuales, que a la fecha limitan la asistencia a las escuelas, al establecer un distanciamiento de un metro”. (Foto: Andina)

Estamos a pocos días de iniciar el año escolar 2022 y seguimos a la espera de la actualización de los protocolos que permitan un retorno 100% presencial en cada escuela a nivel nacional. Si bien desde el Poder Ejecutivo se ha anunciado que se viene evaluando esa opción, a la fecha no hay una norma que respalde este anuncio.

Es clave que podamos contar con una normativa que ajuste los protocolos actuales, que a la fecha limitan la asistencia a las escuelas, al establecer un distanciamiento de un metro. Sin norma, los anuncios son solo eso, y dejamos en la incertidumbre el futuro de miles de estudiantes. Las directivas del Ejecutivo deben de ser coordinadas, claras y precisas para evitar desconcierto, marchas y contramarchas.

Brechas de aprendizaje que aún no hemos dimensionado en su totalidad y problemas socioemocionales son algunos de los terribles saldos de dos años de pandemia que alejaron a niños, niñas y adolescentes de las escuelas, de sus docentes y compañeros de clase. No podemos seguir cuestionando que los niños vayan a la escuela. La evidencia es clara: los colegios no son focos de contagio y, cumpliendo los protocolos, es seguro retornar.

Esperamos que se confirme pronto que las escuelas pueden volver sin restricciones: es urgente, necesario, no podemos perder más tiempo; de lo contrario, caemos en el riesgo de, tal como indicó el exministro Saavedra, tener una generación perdida a nivel educativo. No podemos permitir que eso suceda y todos debemos apoyar el retorno con 100% de presencialidad y que nuestros niños, niñas y jóvenes recuperen los aprendizajes y el tiempo perdidos.


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