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[OPINIÓN] Joaquín Rey: “Reforma previsional: el momento es ahora”

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Fecha Actualización
La legislatura ha iniciado en el Congreso de la República y, nuevamente, el tema previsional cobra protagonismo en la discusión. Esto es positivo, pues se trata de un elemento fundamental para el futuro del país, por lo que debe recibir una atención prioritaria en el debate político, académico y de opinión pública.
Lo importante, no obstante, es que el debate se canalice en la dirección correcta. Es decir, que se oriente a la búsqueda de mecanismos para mejorar el actual sistema previsional, para incrementar su cobertura y elevar las pensiones que otorga. Y el camino para lograrlo es uno solo: debatir y aprobar una reforma integral.
Aunque esto se ha repetido hasta el cansancio, el debate de la reforma lleva mucho tiempo sin llegar a resultados. Por ello, no está de más recordar las razones por las que no debemos seguir dilatándolo. Acá las principales.
Primero: hoy la enorme mayoría de peruanos está excluida del sistema previsional. Esto se debe a que nuestro sistema fue diseñado con foco en una minoría: los trabajadores formales en planilla. Este diseño, que este año cumple tres décadas, apostaba que vendría una gradual formalización del mercado laboral. No obstante, 30 años después, vemos que esto no ha sucedido. La consecuencia es que hoy tres de cada cuatro peruanos no participan en el sistema. A pesar de ello, los debates e iniciativas en materia previsional de los últimos años han mantenido su foco en aquella pequeña minoría privilegiada formal en planilla. Es imperioso cambiar este enfoque y aprobar mecanismos para incluir a los millones de trabajadores que no cuentan con ningún seguro para la vejez. Cualquier reforma que no considere mecanismos para incorporar a este grupo será poco relevante.
Segundo: la inacción es muy costosa. Mantener a una población tan grande sin protección alguna para el retiro generará inevitablemente una gran carga fiscal futura. Hablamos de millones de compatriotas que deberán recibir algún tipo de asistencia del Estado para afrontar sus gatos de vida. Hoy Pensión65 ya tiene un presupuesto anual de más de S/1,300 millones, y no cubre a la totalidad de peruanos mayores de 65 en situación de pobreza, como debería según mandato. Solo cubrir a la totalidad de su actual población objetivo incrementaría el déficit fiscal en aproximadamente 0.12% del PBI.
Tomando en cuenta la transición demográfica que viene experimentando el Perú (donde la expectativa de vida es 10 años mayor a la que se registraba en 1990), el uso de recursos públicos para atender a toda la población adulta mayor sin pensión crecerá de manera incontrolable en el futuro cercano si no tomamos acción hoy día.
Tercero: frecuentemente escuchamos las pretensiones del Estado peruano en formar parte de la OCDE en el mediano plazo. No obstante, dados los niveles de cobertura del sistema previsional, esto no pasará de ser una aspiración ingenua. Como la propia Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) ha destacado, mantener el diseño actual y continuar con iniciativas que reducen el ahorro previsional solo complicará el acceso de nuestro país a esta organización. Y es que, para lograrlo, se requiere cumplir con algunos mínimos estándares en materia de protección social, de los que solo nos venimos alejando por la falta de una reforma integral y la aprobación de medidas populistas.
Cuarto: finalmente, una razón de mucha importancia es que, a diferencia de lo que suele pasar en la gran mayoría de debates de política pública, en este caso existe ya un gran nivel de avance y, más importante, un gran nivel de coincidencia entre los puntos mínimos que debería abordar la reforma. Así, si se evalúan el predictamen de la Comisión de Economía del Congreso, la propuesta del Ejecutivo, la propuesta de la Asociación de AFPs o las propuestas de otros actores como la SBS o APOYO Consultoría, se puede constatar la gran cantidad de puntos de convergencia existentes (pensión mínima, mayor competencia, mecanismos para incorporar informales, comisiones sujetas a desempeño, etc.). Estas coincidencias deberían ser el punto de partida para concretar una reforma que incluya y proteja a más peruanos.
Dejemos de perder tiempo en medidas que, aunque pueden ser populares, solo siguen alejándonos de un sistema previsional sólido, y enfoquémonos en construir un futuro mejor para nosotros y nuestros hijos. La reforma es el camino.
El autor es asesor externo de políticas públicas de la Asociación de AFP.
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