[Opinión] Javier Alonso de Belaunde: Un gran maestro: cien años de Luis Jaime Cisneros
[Opinión] Javier Alonso de Belaunde: Un gran maestro: cien años de Luis Jaime Cisneros

Luis Jaime Cisneros cumpliría este viernes cien años. Su centro de vida docente, la Pontificia Universidad Católica del Perú, así como las varias generaciones de sus exalumnos nos alistamos a conmemorarlo. Los actos están marcados por una profunda gratitud.

Como les pasó a muchos, el encuentro con Luis Jaime fue lo más significativo de mis primeros pasos por la PUCP. Había que asumir con responsabilidad ser universitario en nuestro país, hallar motivación y desenmarañar el confuso asunto de la vocación. En todo ello, sea desde la tarima donde dictaba el curso de Lengua hace más de 50 años o en su oficina, testigo de miles de conversaciones generosas con estudiantes, Luis Jaime fue clave. Conservo aún las hojas con las que, cual médico, prescribía lecturas para inspirar y hacernos pensar.

“¿Sabe usted qué es conversar? Es algo que exige dos interlocutores en un mismo nivel, medidos con un mismo rasero. Lo único que los une es la lengua. No la edad. No los privilegios. No las jerarquías. Porque en cuanto crea usted que el privilegio, la jerarquía o la edad deben ser respetados por ‘el otro’, se acabó la conversación. Conversar significa un juego alternado de oír con ánimo de comprender” (2000, p. 44), explicaba el maestro lo que no era sino parte de su método y filosofía de vida. Qué necesario en estos días de crispación electoral.

Luis Jaime vive a través de Transparencia, la asociación que fundó en 1994 junto con otras personalidades para llevar a cabo la excentricidad de promover la cultura democrática en nuestro país. Por cierto, también está en la Facultad de Letras de la PUCP, con los profesores que buscan seguir su ejemplo y en sus textos. Más allá de su aporte a la Lingüística, vale la pena volver sobre sus columnas periodísticas con reflexiones sobre el país, la tarea de la universidad, las posibilidades de la enseñanza, la formación de la ciudadanía, el valor de la democracia y el amor a la lectura (Mis trabajos y los días, Peisa: 2000; Aula abierta, Norma: 2009). Textos todos que permiten continuar conversaciones y que están siempre en la búsqueda de lectores jóvenes. Con esperanza.

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