“Preocupa la inacción de nuestras autoridades para revertir esta situación, que solo trae más perjuicios para los peruanos. En ese sentido, hace falta tener un liderazgo sólido y capacidad técnica por parte del Estado”. (Foto: Bloomberg)
“Preocupa la inacción de nuestras autoridades para revertir esta situación, que solo trae más perjuicios para los peruanos. En ese sentido, hace falta tener un liderazgo sólido y capacidad técnica por parte del Estado”. (Foto: Bloomberg)

Por Jaime Polar Paredes, gerente general de Summa Gold Corporation

No es ninguna novedad que el sector minero es una industria necesaria para la reactivación económica de nuestro Perú, y tampoco sorprende el escenario carente de predictibilidad que viene enfrentando, especialmente en los últimos años. Solo en este mes, por ejemplo, fuimos testigos de una intervención más del gobierno en la mina Quellaveco, al punto de poner en riesgo su operación aun cuando este proyecto ya contaba con todas las licencias en regla para entrar en funcionamiento.

Mientras este tipo de escenarios se sigan produciendo en el país, el futuro que nos espera como industria no se ve nada alentador. Esta incertidumbre, sumada a otros factores como los constantes conflictos sociales, la situación política y la caída del precio de los minerales, genera como consecuencia que las inversiones mineras pierdan celeridad, sobre todo en temas de exploración. Hace 10 años, según cifras del Minem, este rubro alcanzaba los US$905 millones, mientras que el año pasado apenas registró ingresos de US$329 millones, y esto se debe a que el sector ha perdido confianza para realizar y mantener las inversiones a largo plazo.

Incluso, todas estas condiciones hacen que nuestra competitividad disminuya de manera considerable, tal como lo indica el último Índice de Competitividad Minera de Macroconsult, al punto de ubicarnos en el último lugar entre siete países con gran potencial minero. Bajo este escenario, el Perú solo sigue generando una mala percepción para los inversionistas interesados en desarrollar proyectos mineros que nuestro país necesita.

Frente a todo ello, preocupa la inacción de nuestras autoridades para revertir esta situación, que solo trae más perjuicios para los peruanos. En ese sentido, hace falta tener un liderazgo sólido y capacidad técnica por parte del Estado, dispuesto a atender las necesidades de la ciudadanía y a realizar un vasto esfuerzo para guiar al país al verdadero crecimiento que todos anhelamos.

Nuestra industria es capaz de crear empleos que la población necesita, ser competitivos y generar inversiones, pero necesitamos un cambio sustancial en todos los actores involucrados (Estado, empresa y comunidad) que nos lleve a poner en valor el potencial minero que tenemos como nación, y recuperar esa confianza que necesitamos.

Si todos apuntamos hacia este mismo objetivo, el futuro que nos espera será más alentador, teniendo a la minería como un gran aliado para alcanzarlo.