/getHTML/media/1248737
Jaime De Althaus: "Se debió modificar el presupuesto para seguridad" | Entrevista21
/getHTML/media/1248733
Caricaturista 'Carlín': "En nuestro tiempo libre todos somos socialistas" en La del Estribo
/getHTML/media/1248594
Miguel Pérez Arroyo sobre Fiscal de Chibolín: "Su entrega puede ser valorada por un juez constitucional"
/getHTML/media/1248429
Víctor García Toma: "No hay infracción, pero si mintió -Dina Boluarte- debe investigarse"
/getHTML/media/1248584
Presentación del libro: "¿Qué hago yo aquí?" de Ricardo Briceño
/getHTML/media/1248585
Patricia Rojas: "La sostenibilidad es un 'deber ser' de las empresas" en Azul & Verde
/getHTML/media/1248428
Amiga de Chibolín interfirió en demandas de Jefferson Farfán contra Magaly Medina
/getHTML/media/1248583
Presidente de CAENE: "Antes no había una unión auténtica entre la empresa y la academia"
/getHTML/media/1248433
Andy Carrión: "Situación de Elizabeth Peralta es muy complicada"
/getHTML/media/1248302
Kusimayo y su misión de apoyar a niños de Puno con una canción creada con IA
/getHTML/media/1248299
Iván Arenas: "Los mineros ilegales quieren representación política"
/getHTML/media/1248296
Carlos Basombrío: "Es gravísimo que el Reino Unido nos quite la ayuda"
/getHTML/media/1248402
¿Qué es un desastre de gran magnitud? en Hombro a Hombro
/getHTML/media/1248240
Conversatorio: ¿Son seguros y eficaces los medicamentos genéricos en el Perú?
/getHTML/media/1248292
Javier González-Olaechea: "Reinfo ha sido una estafa de 20 años"
/getHTML/media/1247796
Elio Riera confirma que hijas de Andrés Hurtado declararán el 16 de diciembre
/getHTML/media/1247793
Ernesto Bustamante: "Tengo listo proyecto de ley para el ingreso de medicamentos genéricos"
/getHTML/media/1247658
Minería Ilegal: "El Reinfo es tan escandaloso que ha otorgado lotes en el mar"
/getHTML/media/1247771
Idel Vexler sobre su nuevo libro: "Es una guía para el sostén emocional de estudiantes"
/getHTML/media/1247794
Toyota del Perú: “Familias están demandando vehículos con tres filas”
/getHTML/media/1247660
María José Caro y la nueva generación literaria del Perú | Ciudad de Cuentos
/getHTML/media/1247762
CADE 2024: Reforma del sistema de Justicia
/getHTML/media/1247526
¿Cuál es el secreto del éxito de un emprendimiento? en Ynnovadores
/getHTML/media/1247602
El secreto del éxito en los 15 años de Fahrenheit DDB en Marcas y Mercados
/getHTML/media/1247515
Carlos Basombrío: "La gestión de Juan José Santivañez es insostenible"
/getHTML/media/1247506
CADE Ejecutivos 2024: ¿Cuál es la agenda de la edición 62 de este foro?
/getHTML/media/1247341
Marianella Ledesma sobre el Defensor del Pueblo y Antauro Humala
/getHTML/media/1247243
Minería Ilegal: ¿Qué dicen los mineros informales sobre el REINFO?
/getHTML/media/1247247
¿Qué prefieren comprar los peruanos en ‘’Cybers’’? en Ciudadanos & Consumidores
/getHTML/media/1247244
Roque Benavides: "Sería mezquino decir que el APEC no ha sido fantástico para el Perú"
/getHTML/media/1246869
Enrique Ghersi: "Josué Gutiérrez está haciendo un gesto político"
/getHTML/media/1246866
Guillermo Shinno sobre extensión de Reinfo: "Sería mantener el status quo"
/getHTML/media/1246865
Martín Pérez en Presentación del Libro "200 años de Economía en el Perú"
/getHTML/media/1246851
Diego Macera en Presentación del Libro "200 Años de la Economía en el Perú"
/getHTML/media/1246864
Perú21 presenta el libro “200 años de economía en el Perú”
/getHTML/media/1246828
Effie College premia las mejores campañas hechas por universitarios
/getHTML/media/1246670
Andrea Ortiz de Zevallos: Cómo enfrentar el duelo y a la minería ilegal en La del Estribo
/getHTML/media/1246683
Minería ilegal: "Reglamentación Ley MAPE estará lista en 6 meses"
/getHTML/media/1246673
Juan de Dios Olaechea: "Trenes donados por Estados Unidos llegarían en cuatro meses"
/getHTML/media/1246538
Aníbal Quiroga sobre Pedro Castillo: "Dar un golpe de Estado ya no paga"
/getHTML/media/1246362
El Reinfo de los herederos del oro ilegal
PUBLICIDAD

[Opinión] Jaime Bayly: Vargas Llosa y sus dos mujeres

[Opinión] Jaime Bayly: Vargas Llosa y sus dos mujeres

Imagen
Fecha Actualización
El escritor de capa caída Barclays y el fogoso conspirador político Álvaro Vargas Llosa se encuentran casualmente en un restaurante. Se ven a la distancia con frialdad o con desdén o con rencor. No se saludan. ¿Por qué no se saludan, si fueron grandes amigos? Porque hace quince años dejaron de ser amigos. ¿Por qué dejaron de ser amigos? Cada uno tiene su propia versión del modo penoso en que aquella amistad se arruinó. Como ya no tiene amigos, Barclays piensa:
-Seguramente yo tuve la culpa, yo me porté mal, yo lo decepcioné.
A pesar de que han transcurrido quince años, Barclays recuerda con dolorosa exactitud las circunstancias ínfimas, miserables, desgraciadas, que corrompieron aquella amistad. Preferiría no recordarlas, le da vergüenza recordarlas. Ahora son enemigos. Se han encontrado en un restaurante y no han sido capaces de darse la mano, sepultar las rencillas o los enconos que los enemistaron, restaurar una amistad que las deslealtades, los celos, los malentendidos y los egos han destruido. Últimamente, ha sido Álvaro, el hijo mayor del ilustre escritor Mario Vargas Llosa, quien ha rebajado a Barclays. En declaraciones a la prensa, ha dicho, muy altivo, en tono de superioridad moral:
-Yo a Barclays le he perdido el respeto.
¿Por qué le ha perdido el respeto? Barclays supone que su examigo comenzó a perderle el respeto por razones políticas. No es que ambos piensen políticamente cosas opuestas, reñidas, incompatibles. De hecho, se han declarado liberales hace años, antes de que estuviera de moda hacerlo. Entonces, si piensan políticamente de un modo parecido, ¿por qué se han peleado por razones políticas? Porque Álvaro Vargas Llosa ha apoyado a ciertas candidaturas políticas que Barclays ha atacado y porque Barclays ha apoyado a ciertas candidaturas políticas que Álvaro Vargas Llosa ha atacado. ¿De qué candidaturas estamos hablando? ¿De líderes españoles, argentinos, mexicanos, chilenos? No. ¿De cierto caudillo populista norteamericano? Tampoco. Se han peleado por tales o cuales candidatos peruanos, unos de izquierdas, otros de derechas, todos deplorables, impresentables, todos sospechosos de bribones, facinerosos, ladronzuelos. Barclays piensa entonces:
-Es una pena cuando dos amigos se pelean por razones políticas.
Barclays y Álvaro Vargas Llosa se hicieron amigos hace cuarenta años: entonces Barclays era periodista precoz de un diario de derechas, “La Prensa” de Lima, donde publicaba una columna cáustica y punzante, “Banderillas”, y Vargas Llosa había abandonado sus estudios en la universidad de Princeton, se había mudado a Lima y había sido contratado como editorialista de ese diario.
-Álvaro Vargas Llosa está en la mesa redonda con dos mujeres -le dice Barclays a su esposa Silvia en el restaurante, después de cruzar miradas con su examigo-. Mejor cambiamos de sitio, porque no quiero verlo.
Mientras Vargas Llosa habla a gritos, apasionadamente, una voz algo chillona y autoritaria que se distingue sobre los murmullos comedidos de los comensales y revela lo seguro que está de poseer siempre la razón, Barclays se pone de pie, cambia de sitio y se sienta de espaldas a quien fue su amigo y ahora es su enemigo. ¿Qué ha hecho para que Vargas Llosa no lo respete y hasta lo desprecie? ¿Y Barclays respeta todavía a Vargas Llosa? Sí, lo respeta. No es su amigo, no quiere hablar con él, pero lo respeta. ¿Por qué lo respeta? Porque se ha enamorado de una mujer muy guapa, libanesa, que lo acompaña aquella noche en el restaurante. Porque habla un inglés perfecto, sin acento. Porque no se sabe bien en qué trabaja, pero se da la gran vida. Porque es inteligente y combativo y por lo general defiende ideas inteligentes con espíritu combativo.
-Qué pesado, Álvaro -le dice Barclays a su esposa Silvia, en voz bajita, conspirativa-. Qué manera de hablar a gritos.
Fueron grandes amigos cuando el padre de Álvaro fue candidato presidencial. Siguieron siendo grandes amigos después de que el padre de Álvaro perdiera las elecciones y se hiciera español. Fueron amigos y vecinos durante años en Miami cuando Álvaro estaba casado con Susana y Barclays con Casandra. Fueron tan amigos que Barclays le cedió un programa de televisión a Álvaro cuando este se quedó sin trabajo. Tan amigos que Álvaro le presentó a Barclays una novela, “La noche es virgen”, en Barcelona, ocasión en la que dijo:
-Barclays es un impostor, un simulador: nadie sabe bien quién es y creo que él tampoco lo sabe.
Aquella amistad que parecía incorruptible se robusteció cuando Álvaro, fiel a su vocación política, se volcó a apoyar, gastando una parte sustancial de sus ahorros, a cierto candidato presidencial al que Barclays, desde la televisión, también respaldaba. Ese candidato, ahora perseguido por la justicia, acusado de ser un gran ladrón, le había prometido a Álvaro Vargas Llosa nombrarlo canciller, ministro de exteriores. Cuando Barclays denunció en la televisión que ese candidato con aires de rufián se negaba a reconocer a su hija biológica de catorce años, y entrevistó a la niña y a su madre, y anunció que dejaba de apoyar a ese candidato acanallado, Álvaro Vargas Llosa, desafiando a su padre, Mario, el ilustre escritor, hizo algo notable, que muy pocos conspiradores políticos harían: en vísperas de ganar las elecciones, de llegar al poder, de ser ministro de exteriores o de lo que le viniera en gana, mandó al carajo a su líder, denunció en el programa de Barclays las trapacerías, los embustes y las corruptelas de su líder y le retiró públicamente su apoyo. Debido a ello, se peleó con su padre, Mario: dejaron de verse y hablarse dos años, Álvaro se refugió en Oakland, California, y los adulones y escuderos del presidente rufián, al que Mario seguía apoyando, lo enjuiciaron y trataron de meterlo en un calabozo. No era la primera vez que padre e hijo peleaban: se habían enfrentado cuando Álvaro abandonó sus estudios en Princeton y Mario lo echó de la casa familiar en Lima.
-¿Te parece que debería acercarme a su mesa y saludarlo? -le pregunta Barclays a su esposa.
-No -responde ella-. Te arriesgas a que no te salude, a que te haga un desaire.
Triste y pensativo, Barclays dice:
-Los amigos, si de verdad son amigos, no están para respetarse por razones éticas, sino para quererse aun si dejan de ser respetables. A los amigos uno los quiere no por sus virtudes, sino sobre todo por sus defectos.
Pero de inmediato
piensa:
-Si yo fuera un buen amigo, tendría amigos. Si he perdido a todos mis amigos, a todos, es porque soy un mal amigo, un pésimo amigo.
No sólo se parecen Barclays y Vargas Llosa en sus ideas liberales: ambos son individualistas en grado sumo, egoístas sin culpas religiosas, capitalistas ansiosos de expandir sus capitales. Como son tan egoístas, como están embriagados de ser ellos mismos, como están encantados de conocerse a sí mismos, ninguno parece dispuesto a dejar el ego de lado, tener un momento de humildad y saludar al otro. No: es el ego el que prevalece, los distancia y dicta el rencor.
Barclays cree que comenzaron a pelearse o distanciarse al año siguiente de que fueran vecinos en Georgetown, Washington. Entonces Álvaro había comprado una casa en ese barrio, vivía con su esposa Susana y sus dos hijos, era corresponsal de un diario chileno, “La Tercera”, y viajaba dando conferencias y presentando libros. Barclays era profesor de literatura de la universidad de Georgetown. Salían a cenar juntos, iban al cine los fines de semana, Vargas Llosa le decía a menudo:
-Me gustaría ir a una de tus clases y sentarme atrás como un alumno, sin molestar a nadie.
Pero Barclays temía defraudarlo y por eso no lo invitó a presenciar sus clases. Al año siguiente, se encontraron en Guadalajara, México, con ocasión de una feria del libro: aquella fue la última vez que se saludaron. Salieron a cenar, asistieron a una obra teatral que protagonizó el padre de Álvaro. Pero, unos meses después, Barclays firmó un contrato con el dueño de un canal de televisión que era enemigo público de Álvaro Vargas Llosa: no lo hizo para fastidiar o mortificar a su amigo, lo hizo porque las circunstancias eran propicias. El programa tuvo éxito, duró cinco años. ¿Esa fue la razón por la que dejaron de hablarse? ¿Álvaro no le perdonó a Barclays que trabajara para uno de sus peores enemigos y lo consideró una deslealtad o una traición? ¿Por eso se negó a asistir a dicho programa cuando Barclays lo invitó? ¿No podía ser enemigo del dueño del canal, pero amigo de Barclays?
-Es increíble -le dice Barclays a su esposa Silvia-. Fuimos tan amigos: yo dormí muchas veces en su apartamento en Madrid, él vino a dormir a mi hotel en Lima cuando se peleó con su padre, y ahora somos enemigos.
Como Álvaro Vargas Llosa no condescendía a visitar el programa de Barclays, y como ya no le respondía los correos ni las llamadas, entonces Barclays, una noche en Bogotá, intoxicado, anonadado de sicotrópicos, escribió una columna de prensa, llamándolo “cabrón de mala entraña”, “mal bicho”, “culebra escamosa” y, por si fuera poco:
-Con su cara de intelectual sabihondo y estreñido, Álvaro Vargas Llosa se ha nombrado presidente moral del mundo y dalái lama del liberalismo global.
Podría decirse entonces, con la prolija minuciosidad del arqueólogo que desentierra unos huesos y calcula su antigüedad, que aquella amistad quedó sepultada cuando Álvaro cortó todo diálogo con su amigo debido a que este trabajaba para uno de sus enemigos y, acto seguido, Barclays lo insultó por periódico.
¿Debió Vargas Llosa dejarse entrevistar por su amigo en el canal de su enemigo? Hubiera sido un gesto noble, pero prevaleció su egoísmo. ¿Debió responder los correos de su amigo? Acaso habría salvo la relación fraterna. ¿Debió Barclays encajar el golpe en su orgullo, sin saltar a insultarlo por periódico? Hubiera sido lo ideal, pero se dejó intoxicar por la vanidad y el rencor.
-Ya se van -le dice a Barclays su esposa, al tiempo que Vargas Llosa y sus dos mujeres se retiran del restaurante, Barclays mirándolos por el rabillo del ojo, de soslayo.
Luego regresa a solas Vargas Llosa y Barclays piensa que viene a saludarlo o a darle una trompada, pero recoge un celular que había olvidado y se marcha, presuroso.

ESTE VIDEO TE PUEDE INTERESAR