(Foto: Difusión/Presidencia del Perú)
(Foto: Difusión/Presidencia del Perú)

“Las muchachas de mi barrio ya no quieren saber nada… ahora les gustan los militares”. Simpática polca peruana de Albino Canales, quizá bailada en reciente ‘reunión de trabajo’.

Hoy, cada día millones de peruanos comen menos y padecen más razones de ansiedad. Veamos. El Ministro del Caos avanza en desaparecer instituciones que ordenan el caos vehicular y “acercarlas a los usuarios”. En breve estarán tan cerca que los vehículos no circularán y recetará “caminar es muy saludable”. ¿El de Defensa? Fuerzas Armadas en las calles y remoción de comandantes generales. ¿Y el de “Adoctrinamiento”? ¿Y “Los Otros”? Todos “como mono con ametralladora”, nombrando en puestos claves del Estado a personajes de terror.

La nueva ansiedad son los cambios de mandos militares. No hay dictadura sin manipulación de Fuerzas Armadas, Policía Nacional y aparatos de Inteligencia. Vivimos una durísima lucha mundial entre la “democracia perfecta” de cubanozuela y sus mutantes virus de ladrones, fanáticos, lunáticos e ideólogos de toda calaña chillando su “amor al pueblo” y la democracia sin adjetivos. América Latina, récord mundial de obligaciones en derechos humanos y democracia, aceptando hoy cobardemente la re, re, re reelección de Ortega.

¿Por qué jefes militares nombrados por el gobierno hace pocas semanas ya no son buenos? ¿Incompetencia o resistencia a acomodarse a políticas que profesional y/o cívicamente encuentran inadmisibles? ¿Ascensos, cargos o empleo de las Fuerzas? Parece que estuviera buscando a alguien.

Hay quienes proclaman que con los “promocionales” de un delincuente en cárcel comandando las Fuerzas Armadas se manejará no solo a los “reservistas” sino las mismas instituciones armadas. Eso es un insulto a quienes sirvieron y sirven a la patria arriesgando vidas e integridad. Quienquiera que esté en tales cargos deberá demostrar con hechos que su compromiso no es con oscuros propósitos de cualquier gobernante.

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Además, esa manipulación no depende de que algunos militares acepten deshonrar nombre y uniforme. ¿Acaso las Fuerzas Armadas no pagaron un enorme precio por participar en una dictadura? ¿Ignoran nuestra primera Constitución de 1823 Art. 179: “Todo militar no es más que un ciudadano armado en defensa de la República”? ¿Que continúan en la cárcel muchos comprometidos con la dictadura y/o la corrupción? Y aquí y ahora, ¿no sería vincularse a quienes parecen inspirados por los que asesinaron, hirieron y mutilaron a muchísimos compañeros de armas?

Por ello, cualquier aspirante a dictador que pretenda manipular a las Fuerzas Armadas y Policía de la patria, a cambio de dinero y poder, debe también creer que son venales y estúpidas, que no se sienten ciudadanos ni tienen valores ni aprendido nada. Por astuto que se crea, no subestime su honor, sentido del deber, honra a los héroes de la historia y recientes y patriotismo, sí patriotismo, aunque no sepa qué cosa es.

Y aprenda el final de la polca: “Pero ten presente que en la próxima alborada, los militares te pueden dejar plantada”.

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