Algo que he advertido innumerables veces es que, mientras los mal llamados políticos que hoy nos gobiernan se gritan unos a otros delante de las cámaras y almuerzan juntos detrás de ellas, el país se va en caída libre, los precios de los metales suben, pero los centros de explotación cierran, y el dinero que llena las arcas del Estado se va como agua entre los dedos; eso, en un país pobre como el nuestro, es un crimen de incalculable magnitud. Otra prueba de ello es que hoy al Perú se le están escapando 13 mil millones de soles, el 10% de los ingresos del país en un año.