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[OPINIÓN] Gabriel Ortiz de Zevallos: ¿Un viajecito a la sede de la OCDE?
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Los premios de Ciudadanos al Día cumplen 18 años estimulando a buenos funcionarios estatales (https://premiobpg.pe/ganadores/), ya más de 1,000 instituciones han sido premiadas en todo este tiempo, gracias a esta iniciativa. Jalando la pita por el otro extremo, el Defensor del Pueblo y exabogado del hoy prófugo Vladimir Cerrón, ha presentado un proyecto de ley para nombrar a dedo a sus adjuntos, sin concurso público alguno (editorial de El Comercio de ayer). Consecuencias a la vista de lo que generan los acuerdos que logran 87 votos, pero sólo se basan en la repartija como criterio rector. Y de lo que se puede venir hacia adelante si se hace la vista gorda respecto de que este Congreso, con 82 congresistas con carpetas fiscales abiertas, interprete a su mejor entender qué es falta grave, luego de blindar a cuanto otorongo aparezca.
En el caso del sector salud, que naturalmente debía ser priorizado luego de los terribles resultados de la pandemia, no sólo pasamos la vergüenza mundial de manejar mal una enfermedad vieja y predecible como el dengue (vendrá reloaded para El Niño 2024), sino que tampoco vamos bien con las vacunas contra la polio y el sarampión, que eran tema resuelto. Sobre la reforma del sector que se pedía a gritos durante pandemia, ni una letra. El Banco Mundial reporta que 7 de cada 10 peruanos no logra atención médica cuando la necesita (editorial de La República de ayer). Mientras tanto, la última encuesta de satisfacción sobre servicios de salud encargada por SuSalud es de 2016. Ningún ímpetu de reforma.
Sobre la inseguridad ciudadana, el tema que más preocupa hoy, Peru21 editorializó anteayer, lo inútil que ha sido la declaratoria de emergencia, según el propio alcalde de San Juan de Lurigancho. Dictada por la presidenta Boluarte desde Nueva York, lo que en sí mismo evidenciaba que no había ningún plan, estaba cantado que era puro efectismo. Sólo para reprimir el crimen se requiere que funcione bien la cadena PNP, fiscalías, Poder Judicial y el INPE. Para hacer que mejoren su efectividad, se necesita liderazgo y gestión coordinada, inversiones y gasto de ejecución rápida, monitoreo, y un plan que merezca ese nombre, tenga o no apellido.
En el plano económico también la situación era predecible. Esta semana reseñó Hugo Santa María en una entrevista en Gestión “en la práctica, el Estado sí se opone a la inversión privada”, pues las declaraciones de ministros no se materializan en hechos concretos y los proyectos no se destraban. Ver para creer es la reacción natural de cualquiera que tenga que arriesgar su dinero, chico o grande. Y la polarización sólo aumenta la incertidumbre. Creer para crecer es el lema de la nueva CADE, que ojalá ayude a generar un nuevo espacio de confianza.
Una pregunta obligada es si la polarización caviar/anticaviar que hoy vivimos sirve de algo a las personas que no reciben atención oportuna del Minsa o Essalud, quienes tienen miedo fundado de extorsiones o asaltos, o los empresarios que quieren sacar adelante proyectos que generarían empleos. ¿No nos ha hecho daño la polarización fujimorismo-antifujimorismo, al punto de poner de presidente a un personaje como Castillo?
Razones válidas para quejarse y preocuparse hay mil. Tenemos también la opción de utilizar estos años de incertidumbre para acercarnos y generar nuevos liderazgos, que necesitamos a gritos. Es posible creer que algo bueno pueda salir de todo este caos, si suficiente gente tiene esa visión y busca lo mejor con realismo y sentido común. La hiperinflación en que nos dejó el primer gobierno de Alan García fue mucho peor que lo que vivimos hoy, y salimos adelante.
Aprovechando el ímpetu viajero de la presidenta y tanto congresista, convendría tal vez una buena visita a la sede de la OCDE, que profundice en lo que implica la agenda que nos hemos comprometido como país, en distintos gobiernos sucesivos, incluido éste y el anterior. Me reafirmo en que la opción de ver el vaso medio lleno en el Perú incluye a veces la necesidad de incrustar el cachete en la mesa, pero qué se le va a hacer. Se sufre, pero se goza.
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