“Apostar por confrontar en vez de conciliar es grave para todos los peruanos. Gestionar bien el Estado peruano es un reto enorme. Hay burocracia indolente; y corrupción grosera (camas UCI o brevetes)”. (Foto: Perú Libre)
“Apostar por confrontar en vez de conciliar es grave para todos los peruanos. Gestionar bien el Estado peruano es un reto enorme. Hay burocracia indolente; y corrupción grosera (camas UCI o brevetes)”. (Foto: Perú Libre)

El presidente electo todavía hace anuncios muy genéricos hacia el centro, mientras Perú Libre lo presiona para impedirlo. No debe serle fácil procesar los retos muy complejos que implica haber ganado esta elección, sin conocer suficiente de temas y actores sobre los que tiene que decidir sin demora. La composición del gabinete y la Mesa Directiva del Congreso están políticamente vinculados y definen la gobernabilidad y capacidad de gestión del gobierno. ¿Cuántos votos en el Congreso suma y resta moderarse? ¿Cuánto puede confiar en distintos actores políticos que lo visitan? ¿Qué implica el con que Waldemar Cerrón lo amenazó? ¿Cuánto lo puede salpicar la investigación sobre Los Dinámicos del Centro? ¿Cómo va a armar un equipo que pueda gestionar bien el gobierno?

Los intentos de Cerrón de boicotear cualquier moderación son obvios y recurrentes. Su ideario describe su objetivo, su gestión regional sus métodos, y el Congreso de Perú Libre que empieza hoy tiene el claro objetivo de imponer como prioridad el referéndum para una Asamblea Constituyente, en contra de toda sensatez, encuestas y consejos de voceros y analistas políticos. Pareciera que su prioridad es acumular poder y agudizar contradicciones, lo que ideológicamente tendría consistencia. Busca que el TC anule su sentencia por corrupción para poder ejercer cargos públicos, pero tiene muchos más procesos en camino.

Bermejo hace público el encargo de conseguir firmas. Distintos pronunciamientos buscan asegurar carteras relevantes en el gabinete, y se quiere ganar la mayor cantidad de alcaldías y gobiernos regionales en noviembre de 2022. Que eso implique confrontación con el Congreso y problemas de gobernabilidad no parece preocuparle en lo absoluto. Es más, es Cerrón el que dice que Salaverry, pintado para esa confrontación, va a liderar la transferencia en Vivienda, lo que no se concreta.

Verónika Mendoza también está a favor de una Asamblea Constituyente, pero Pedro Francke reconoce que no la necesita para viabilizar su programa de gobierno. Mendoza desmiente rápidamente la posibilidad de ser premier, pero aprovecha para señalar que cree en la promesa del presidente Castillo de que Cerrón no ocupará ningún cargo público, ganándose un estate quieta del círculo de Cerrón. Con apenas cinco curules, su poder real tiene que hilarse fino.

Keiko Fujimori acepta sin reconocer mientras Rafael López Aliaga busca ser el Bolsonaro peruano. No queda claro quién liderará ese sector. De Soto y Acuña se pronuncian claramente en contra de una Asamblea Constituyente, inconducente por donde se le mire, pero tampoco logran liderazgos firmes por el momento.

Apostar por confrontar en vez de conciliar es grave para todos los peruanos. Gestionar bien el Estado peruano es un reto enorme. Hay burocracia indolente; descoordinación entre instituciones y niveles de gobierno; y corrupción grosera (camas UCI o brevetes). Cerrar brechas requiere equipos de gobierno afiatados y ministros con experiencia en el sector público. Ojalá el país se enrumbe hacia un centro preocupado por cambios concretos en la calidad de vida de los que menos tienen.