“La reforma política es fundamental, pero es difícil lograr que estos actores políticos la hagan, no les conviene. Esa es una de las razones por las cuales hay que dudar del Estado”. (Foto: Pavel Ugaz/GEC)
“La reforma política es fundamental, pero es difícil lograr que estos actores políticos la hagan, no les conviene. Esa es una de las razones por las cuales hay que dudar del Estado”. (Foto: Pavel Ugaz/GEC)

Se ha criticado mucho el voto de investidura al , pero era la opción más sensata, seguida de la interpelación y censura a ministros. Si se hubiera podido coordinar una mayoría de abstenciones, se habría dejado al gabinete en un limbo útil para negociar la salida de los ministros más cuestionados. Quienes proponían la censura, en mi opinión, no toman en cuenta que nos habría llevado a un escenario peor. Este es el gabinete que decidió tener después de explorar la opción de ancha base que prometió y no honró. Cualquier gabinete de reemplazo al gabinete Torres iba a tener más motivos de cuestionamientos, no menos.

La primera moción de vacancia presentada inconsultamente le entregó gratuitamente y en el acto muchísimo poder a Perú Libre y Vladimir Cerrón, quienes le evitan al presidente el bochorno de su presentación ante el Congreso a cambio de que nombre cuadros de Perú Libre, aunque merezcan todos los cuestionamientos. Ya sabemos que en Junín, y también en el gobierno nacional, descaro es lo que abunda. No es un caso, es una constante evidente y en varios sectores.

Este gabinete responde a esa decisión. Si el Congreso lo hubiera censurado y el presidente tuviera que armar un nuevo gabinete, ¿qué cuadros técnicos de nivel puede atraer el presidente hoy?, ¿qué le exigiría Cerrón y Perú Libre para darle la confianza al nuevo gabinete? Solo podía venir un gabinete de enroque o uno peor. ¿Qué tendría que hacer el Congreso frente a un peor gabinete nombrado en pocos días? Según la Constitución, ese nuevo gabinete tenía un mes para presentarse al Congreso a pedir la investidura. ¿Se podría haber aprobado la reforma que evita ese trámite? ¿Cambiar las alianzas en el Congreso para conseguir los votos necesarios? ¿Cambiar la poca sensación de salida que tiene la opinión pública, que desaprueba a todos en general?

En el mejor de los casos, el Congreso habría tenido que darle la confianza a un peor gabinete para evitar la disolución del Congreso con base constitucional, que es una peor opción a la que tomaron. Si, en una inmolación improbable por guardar la coherencia, le negaban la investidura a ese segundo y peor gabinete, nos esperaba la disolución del Congreso y el gobierno por decreto por cuatro meses (si es que se cumple la Constitución y no se zurran en pelotudeces democráticas).

La política es el arte de lo posible, y la sopa de Herodes es el menú. Por eso la reforma política es fundamental, pero es difícil lograr que estos actores políticos la hagan, no les conviene. Esa es una de las razones por las cuales hay que dudar del Estado: en su gran mayoría, las autoridades y funcionarios hacen lo que les conviene a ellos, no a los ciudadanos.

Como el realismo mágico en versión kitscha es pan de cada día en Perú, la telenovela política que vivimos ha hecho un gran aporte al idioma español: . Lapsus freudiano o error involuntario, la contribución es inequívoca. No es lo mismo limpiar diligentemente para evitar la cochinada que hacerlo desesperadamente para que no se note cuán cochino está. Acciones tan distintas merecen vocablos distintos: limpiar y cochilimpiar.