“El Congreso aprobó varias leyes que darían la razón a los que opinan que “se deben ir todos”. Estas incluyen la aprobación del sexto retiro del ahorro en las AFP, la extensión de los retiros de las CTS hasta fin de año y la modificación de la norma de la Sunedu”. (Foto: archivo Andina)
“El Congreso aprobó varias leyes que darían la razón a los que opinan que “se deben ir todos”. Estas incluyen la aprobación del sexto retiro del ahorro en las AFP, la extensión de los retiros de las CTS hasta fin de año y la modificación de la norma de la Sunedu”. (Foto: archivo Andina)

Durante la semana pasada, el Congreso aprobó varias leyes que darían la razón a los que opinan que “se deben ir todos”. Estas incluyen la aprobación del sexto retiro del ahorro en las AFP, la extensión de los retiros de las CTS hasta fin de año y la modificación de la norma de la Sunedu, que le quita autonomía a esta entidad ante las universidades supervisadas. El Congreso aprueba leyes sin importar sus efectos, mostrando una muy pobre capacidad de legislar. Esto evidencia populismo y mercantilismo irresponsable.

El dictamen para el retiro de fondos en las AFP tuvo opiniones en contra del MEF, la SBS, el BCRP y la OECD, que manifestaron sus distintos impactos negativos: mayor inflación, caída de precios y de demanda en el mercado de valores, menores recursos disponibles para el financiamiento de proyectos, pensiones más reducidas en la jubilación, y menor rentabilidad para el conjunto de afiliados. El Congreso lo aprobó desoyendo a los técnicos. Algo similar ocurrió en el caso de la ley que permite extender el retiro del 100% de la CTS que reciben los trabajadores formales hasta fines de 2023, desnaturalizando su esencia, que es dotar de recursos al trabajador en caso de cese laboral o cambio de empleo. También tendrá impacto inflacionario.

La ley que afecta a la Sunedu también fue muy criticada por diversos especialistas, ya que la nueva forma de elegir al Consejo Directivo y al superintendente les devuelve autoridad a las universidades supervisadas, que podrían terminar poniendo ‘al gato de despensero’. Desde su creación, la Sunedu ha hecho importantes avances en mejorar la educación universitaria, en beneficio de los alumnos, lo que ha afectado intereses particulares mercantilistas que ahora contraatacan. Pocos apoyan esta ley por sus posibles efectos nocivos, incluyendo a los inversionistas beneficiados y a los liberales más extremistas que consideran que las universidades se deben autorregular, como si lo hicieran bien cuando eran responsables.

El gobierno tiene la posibilidad de observar estas leyes, tal vez lo haga, pero probablemente el Congreso las apruebe por insistencia. Este tipo de legislación, unido a la inadecuada fiscalización de los desaciertos del gobierno, explica la alta desaprobación del Congreso, con un porcentaje similar al del presidente Castillo. Se estima que hay más de 60 funcionarios de confianza en altos cargos que se mantienen en sus cargos a pesar de su inexperiencia o falta de idoneidad por serias denuncias en su contra, con poca reacción congresal. Todo esto muestra que este no es parte de la solución, sino del problema.

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