“El éxito de un programa económico depende no solo de las medidas que se tomen o que se comprometan a implementar o no, sino también de las expectativas de los agentes económicos”. (Foto: Andina)
“El éxito de un programa económico depende no solo de las medidas que se tomen o que se comprometan a implementar o no, sino también de las expectativas de los agentes económicos”. (Foto: Andina)

El ministro Pedro Francke, luego de la primera reunión de gabinete, trató de tranquilizar a la población mencionando su compromiso con una política macroeconómica equilibrada (incluso indicó que el déficit este año sería inferior al proyectado), haciendo énfasis en las coordinaciones con el Banco Central de Reserva (BCR) y las conversaciones con Julio Velarde y Socorro Heysen para que se mantengan en sus cargos en el BCR y la SBS, al menos por unos meses; y reiteró que el Gobierno no pretende un control de precios o de cambios. También enfatizó que se restablecerán las reglas fiscales que ponen un tope a los déficits y al endeudamiento del país, y que se presentaría una propuesta para cumplir gradualmente con ellas en un periodo razonable. Los mensajes han sido cuidadosos, evitando propuestas radicales, y por ello, bien recibidos.

Sin embargo, su designación y posteriores declaraciones no han logrado revertir el fuerte aumento en el tipo de cambio en las últimas semanas, por dudas sobre si sus afirmaciones reflejan la posición del Ejecutivo y no solo la suya, evidenciando la importancia de las expectativas de la población sobre cualquier política económica.

Las expectativas son las previsiones que los agentes realizan sobre la magnitud en el futuro de las variables económicas. Ellas determinan el comportamiento económico de los agentes. El efecto de las expectativas en la economía es muy fuerte. Hay expectativas sobre diversas variables económicas: tipo de cambio, inflación, crecimiento de la economía, entre otras. Estas determinan si invertimos, si gastamos o ahorramos, si contratamos personal, si solicitamos un aumento de sueldo o incrementamos nuestros precios, entre otras decisiones económicas. Son fundamentales para el funcionamiento de la economía.

El éxito de un programa económico depende no solo de las medidas que se tomen o que se comprometan a implementar o no, sino también de las expectativas de los agentes económicos, las cuales se forman de la confianza del público en la efectividad y en la credibilidad de los interlocutores. Ese es el gran reto del MEF: que las palabras se conviertan en hechos y así generar credibilidad en sus políticas, lo que implicaría expectativas favorables que se traducirían en una revaluación del sol, reducción de presiones inflacionarias y una mayor confianza para promover la inversión y el empleo. Duro reto en el contexto económico y político vigente, donde el 64% de peruanos considera que su situación económica estará igual o peor dentro de un año y el gobierno tiene muy poca credibilidad.

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