[Opinión] Felipe Morris: El complejo retorno a la oficina

“En los próximos meses veremos cómo distintas empresas enfrentan el retorno a la oficina y se apreciará la diferencia entre aquellas empresas que se prepararon para ello”.
“En los próximos meses veremos cómo distintas empresas enfrentan el retorno a la oficina y se apreciará la diferencia entre aquellas empresas que se prepararon para ello”. (Foto: pixabay)

Luego de más de año y medio de pandemia muchas empresas que continúan con formas de trabajo que priorizan el teletrabajo están empezando a pensar en el retorno a la oficina. Algunas de ellas, como los grandes bancos de inversión globales, intentarían impulsar un retorno obligatorio al trabajo presencial. “Si pueden ir a comer a un restaurante, pueden venir a trabajar”, comentó un directivo. Es evidente que podría existir una gran desconexión entre los empleadores que piensan que será sencillo volver al pasado y lo que opinan los colaboradores al respecto.

La pandemia ha demostrado que no es necesario el trabajo presencial permanente para sostener la cultura de la empresa, estimular la productividad, y la innovación y la camaradería. Nos mostró que es posible pensar en esquemas híbridos y que solo ciertas labores específicas requieren presencia física permanente. Es poco realista pensar en regresar a la forma de trabajo prepandemia.

El gran reto para las empresas, indistintamente del esquema de trabajo que propongan, es que muchos trabajadores todavía no están preparados para esta vuelta, existe miedo al contagio, el tener que usar mascarilla durante ocho horas o más no facilita el regreso a la oficina y la mayoría de empresas no ha preparado sus oficinas para una nueva forma de trabajo. También es evidente que los empleados valoran el tiempo que ahorran al evitar movilizarse al trabajo diariamente y la flexibilidad que tienen para cumplir sus objetivos de trabajo sin tener un horario fijo en una oficina. No sorprende que casi el 80% de trabajadores considera que no es necesario ir más de dos o tres días a la semana a la oficina.

En los próximos meses veremos cómo distintas empresas enfrentan el retorno a la oficina y se apreciará la diferencia entre aquellas empresas que se prepararon para ello estudiando alternativas, recabando opiniones de sus colaboradores, analizando el impacto de nuevas formas de trabajo sobre su cultura y productividad y replanteando sus áreas de trabajo; y aquellas otras que lo proponen al “caballazo”. Cerrar las oficinas e imponer el teletrabajo fue inevitable, pero forzar un regreso permanente a la oficina es en muchos casos innecesario y contraproducente.

Los líderes deben reconocer que no tienen todas las respuestas con respecto a un nuevo modelo híbrido de trabajo, el cual se irá ajustando en el tiempo. Los más exitosos serán los que busquen un balance entre las necesidades de la empresa y las de los colaboradores y los involucren en esta travesía.

Tags Relacionados:

Más en Opinión

Los libros imposibles

¿Cómo se relacionan crecimiento y bienestar?

El quinto: no matarás

El valor de un fiscalizador independiente

Golpe y paz

“Lecciones desde Bolivia”

Siguiente artículo