Mal comienzo. Para iniciar cualquier diálogo formal, vía una mesa creada por la autoridad, la condición mínima es que se hayan depuesto todas las medidas de fuerza, más aún la ocupación de un yacimiento. Cierto es que la producción ha comenzado, un alivio para los trabajadores, los proveedores y las autoridades regionales y locales, para las cuales los ingresos provenientes de Las Bambas son muy importantes. Pero también hay que tener en cuenta que el Gobierno levantó el estado de emergencia, preocupación central de los dirigentes de las comunidades, una concesión mayor, sin contrapartida alguna. Más aún, las comunidades que participarán en la mesa le han otorgado a la empresa 30 días para satisfacer sus exigencias, de lo contrario pueden ocupar las operaciones y paralizar nuevamente la producción.