En segundo lugar, se presume que, como crecer significa producir más, entonces, si se produce más, se contratarán más trabajadores; es decir, aumentará el empleo. Parece lógico, pero cuánto empleo se genere depende de dos aspectos. Por un lado, tienen que existir ciudadanos adecuadamente educados y capacitados para ser contratados por las empresas; aquí tanto la educación como el desarrollo de las denominadas competencias blandas son claves; por otro, no todos los sectores generan el mismo impacto sobre el empleo. Algunos usan más tecnología que otros y, como consecuencia, para producir más no requieren muchos más trabajadores, sino más máquinas.