El enfoque de política monetaria descrito, que consiste en un compromiso explícito y público de mantener la estabilidad monetaria a través del uso de metas de inflación, fue implementado por primera vez en Nueva Zelanda en 1990, para luego extenderse a más de 30 países. El nombre es Metas Explícitas de Inflación, o, en inglés, inflation targeting; algunos países que las tienen son Canadá, Reino Unido, Suecia, Australia, Israel, Polonia, Brasil, Chile, Colombia, Sudáfrica, México, Turquía, entre otros, y cada uno puede tener rangos meta distintos.