"Los gastos de consumo privado, es decir, nuestros gastos, son el principal componente de la demanda interna", sostiene Parodi. (Foto: Andina)
"Los gastos de consumo privado, es decir, nuestros gastos, son el principal componente de la demanda interna", sostiene Parodi. (Foto: Andina)

Las tareas del nuevo gobierno en materia económica dependen del estado en que está la economía. Veamos en qué consiste la herencia recibida por el presidente electo y lo que debe hacerse desde mi modesto punto de vista.

En primer lugar, continuar con la vacunación. La tercera ola europea nos puede estar dando una señal. Cuanto más rápido vacunemos, menor riesgo de complicaciones de eventuales contagiados. El resultado será abrir más la economía. No se puede reactivar sin detener posibles aumentos de los contagios. Aquí la recomendación es mantener el mismo equipo técnico que viene vacunando, al menos hasta que todos los peruanos mayores de 12 años estén inmunizados con sus dos dosis.

En segundo lugar, se necesita cambiar las expectativas. En economía son claves, pues si los agentes económicos (entiéndase, compradores y vendedores) no ven luz al final del túnel, entonces postergan sus decisiones y nada se mueve. De tal manera que el presidente electo, y no solo sus voceros, debe convencernos de volver a creer, a través de señales concretas. Liderazgo honesto y transparente son claves. Y un elemento decisivo está en la conformación de un adecuado gabinete ministerial; asegurar lo que funciona: la estabilidad monetaria y el manejo adecuado de las finanzas públicas.

En tercer lugar, los gastos de consumo privado, es decir, nuestros gastos, son el principal componente de la demanda interna, pues representan el 65% de la misma. Los datos disponibles nos indican que en 2020 disminuyeron 8.7%. Para que las empresas medianas y pequeñas noten que existe demanda, el mínimo de crecimiento debe ser mayor que 3% al año.

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En cuarto lugar, para consumir más, se necesitan más ingresos y la gran mayoría de nuestros ingresos provienen del empleo. En 2020 el empleo en el sector formal disminuyó en más de 2 millones de personas. Para elevar el empleo, se necesita aumentar la inversión privada, que comenzó a caer en 2020 cayó 16.4%. La tarea 3 es elevar la inversión privada, grande, mediana y pequeña.

En quinto lugar, el déficit fiscal es igual a la diferencia entre los gastos e ingresos públicos. En 2020 fue de 8.9% del PBI, el mayor desde 1989. Aquí el MEF está dejando una trayectoria de reducción del déficit para los siguientes años. Aumentar la presión tributaria, definida como el porcentaje del PBI que es recaudado por el gobierno, es clave. El indicador mencionado alcanzó solo 13% en los últimos años, siendo el promedio de América Latina 22% y en las economías avanzadas mayor que 30%. Esto no significa que los que ya pagamos paguemos más, sino incorporar a los que no pagan y reducir exoneraciones que han perforado el sistema tributario.

En sexto lugar, comenzar las reformas que sostendrán el crecimiento más allá de coyunturas externas positivas. Además, conectarán la bonanza macroeconómica con la microeconómica. Sectores como educación, salud, Poder Judicial, seguridad ciudadana, entre otros factores, son fundamentales para elevar la productividad, única fuente de crecimiento a largo plazo.

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