Hay dos temas urgentes que tendrá que enfrentar el nuevo gobierno. En primer lugar, el tema de la salud, porque mientras los contagios sigan subiendo o se mantengan en la misma cifra, los aforos en los diversos negocios van a estar limitados. Por ende, el empleo no se va a mover y justamente ese es el segundo reto: el empleo (...). Una de las cosas que nos está dejando esta boca de urna es que el país está partido en dos pedazos. Será muy importante que el nuevo gobierno diseñe programas de acción en todo el Perú, pero sobre todo en aquellas regiones en las que el candidato que gane haya perdido por una gran diferencia. Es una tarea urgente y va a suponer una política fiscal un poco expansiva. Es decir, el gobierno va a tener que gastar un poco más para poder legitimarse rápidamente ante la población y no caer ante un caos (...). Hay que tomar en cuenta que lo que tiene el Perú no es poca cosa. Siempre hago la siguiente analogía: una casa siempre debe tener buenos cimientos. El Perú en la actualidad tiene buenos cimientos; lo que falta es la casa. Y la construcción de esa casa supone que haya un Estado que entregue buena salud, transporte, buenos caminos rurales, buen sistema de pensiones, etc. Nadie está en contra de esto, pero nada de eso se arregla con una vía de mayor Estado.