[OPINIÓN] Carlos Parodi: De la política  a la economía.
[OPINIÓN] Carlos Parodi: De la política a la economía.

El presidente tiene niveles de aprobación menores que 20% y lo más probable es que tras la última semana, haya bajado. Situaciones similares enfrentan el Congreso y el Poder Judicial. La pregunta es, ¿cómo la situación descrita impacta sobre la evolución económica?

Desde hace un buen tiempo se cuestiona que los beneficios del crecimiento no llegan a todos; el Estado no cumple con su función básica: garantizar el acceso a servicios básicos de calidad para todos. No incluye a todos. Pensemos en educación, salud, seguridad, caminos rurales, etc. ¿Es un problema de falta de dinero del gobierno? La respuesta es negativa; a pesar que la economía crece menos, el crecimiento económico, a través de la recaudación tributaria, financia el gasto que hace el Estado, pues le otorga el dinero al Estado para que este gaste y cumpla con su función. Por eso el crecimiento es una condición necesaria (genera los recursos) pero no suficiente (depende de cómo gaste el Estado) para que aumente el bienestar. El crecimiento económico es un medio y no un fin en sí mismo.

¿Quiénes toman las decisiones sobre cuánto y cómo gasta el Estado? Lo que llamamos la clase política, es decir, ministros, congresistas, presidentes regionales, alcaldes, funcionarios públicos, entre otros. ¿Por qué no toman las decisiones que la ciudadanía considera correctas? Si todos queremos tener más seguridad, mejor educación y salud, mejor infraestructura y en eso todos estamos de acuerdo, entonces, ¿qué pasa?

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La relación entre política y economía tiene una doble causalidad; primero, si la economía no va bien, los políticos que dirigen el país aparecen como los primeros culpables porque no tomaron decisiones correctas o, si lo hicieron, fueron erradas y generaron confusión e incertidumbre entre los inversionistas (grande, mediano y pequeño); segundo, si la economía va bien, es natural esperar que vaya bien para las grandes mayorías y eso está relacionado con reformas claves en los servicios básicos, como educación y salud. Si las instituciones públicas no funcionan, entonces estamos lejos de legislar en torno de reformas claves. Existen dos escenarios para implementar reformas: a través del consenso (democracia) o de manera vertical (autoritarismo). El primer camino es más largo, pero conduce a resultados más sostenibles y es el mecanismo normal de las democracias representativas. El segundo tiende a ocurrir en gobiernos con características autoritarias.

Mi opinión es que no se conecta la macro con la micro y una prueba de ello son los bajos niveles de aprobación, tanto de congresistas como clase política en general. Por un lado, no avanzan las reformas pues ni siquiera se discuten y es sabido que un país que no invierte bien en su propio capital humano, no tiene posibilidades de sostener el crecimiento futuro; por otro, la economía crece menos que lo que podría crecer, pues la incertidumbre y la sensación de caos generan que se posterguen inversiones nacionales y extranjeras. En el mediano plazo es complejo tener una buena economía con una mala política, pues no es sostenible la primera sin la segunda. La política no está divorciada de la economía, aunque parezca que sí.

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