"La juramentación de Rosendo Serna, militante de Juntos por el Perú, como ministro de Educación es un indicador de que el presidente Castillo ha desechado la opción de ampliar la cuota de poder del cerronismo en el gabinete".
"La juramentación de Rosendo Serna, militante de Juntos por el Perú, como ministro de Educación es un indicador de que el presidente Castillo ha desechado la opción de ampliar la cuota de poder del cerronismo en el gabinete".

-La juramentación de , militante de Juntos por el Perú, como ministro de Educación es un indicador de que el presidente Castillo ha desechado la opción de ampliar la cuota de poder del cerronismo en el gabinete, tal como se lo vienen exigiendo desde esa trinchera, y ha optado por aumentar la de la izquierda “de cafetín” o “caviar” (como la llama Cerrón).

Además, el ofrecimiento para ocupar el premierato que se le habría hecho al presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Ricardo Márquez, es también un indicador de que el presidente busca alejarse de la extrema izquierda que el cerronismo representa, y busca, más bien, acercarse a una derecha moderada y que pueda generar consensos.

El problema es que –como escribía ayer en su columna en Sudaca, Juan Carlos Tafur– personas con solvencia no quieren aceptar encargos en este gobierno sin norte y que arrastra una serie de desaguisados. En un gobierno conducido por un presidente que, además, le resta autoridad a sus ministros y los desautoriza constantemente (Vásquez y Francke son ejemplos representativos).

¿Acaso el presidente pretende tener un premier moderado y solvente que sea ornamental y que conviva con presencias nocivas en el gabinete? Si quiere dar una verdadera vuelta de tuerca en su gestión es necesario que lo haga con determinación, sin ambages ni zigzagueos (como lo ha venido haciendo hasta el momento), que asuma una postura clara y que se aleje de las lealtades tóxicas que lo rodean.

-Resulta inexplicable que a estas alturas, y con abundante información a la mano, se sigan tomando medidas efectistas para combatir el Covid. ¿Cerrar las playas, que son espacios abiertos, cuando restaurantes, centros comerciales y transporte público funcionan con normalidad? ¿Por qué mejor no controlar los aforos y velar porque se cumplan las medidas sanitarias?