En caso de que eso suceda, no todos nuestros problemas se solucionarán. Si la calidad de los partidos y la oferta electoral no mejora, seguiremos dando vueltas sin fin sobre el mismo eje de ingobernabilidad y caos, y seguiremos estando expuestos a Congresos igual de precarios y a presidentes improvisados o, peor aún, autoritarios. Si bien no existen consensos ni liderazgos que puedan conducir el debate de una reforma política integral, sí es posible avanzar reformas mínimas como la bicameralidad, reelección congresal, regulación de la cuestión de confianza y requisitos de idoneidad de candidatos. Adriana Tudela (AV) y los congresistas morados han presentado iniciativas sobre las cuales se puede comenzar a debatir. Es tiempo de que los medios, la sociedad civil y la ciudadanía dejen de tener una mirada equidistante.