Pero, además, este gobierno no está en capacidad para enfrentar los desafíos de la crisis internacional. En vez de implementar medidas que ayuden a la población más vulnerable ante el deterioro de las condiciones de vida, se ha dedicado a aprobar propuestas efectistas y a hacer proselitismo. Por si fuera poco, la incertidumbre asociada al ruido político está inhibiendo el crecimiento económico, la inversión y tendrá, a la postre, un efecto en la reducción de la pobreza.