En el caso de Arabia Saudí, la guerra de Rusia contra Ucrania hace muy importante convencer a la dinastía real de esa monarquía de fomentar más exportaciones de petróleo a Europa y reducir su precio, señala el columnista. (Foto de Bandar AL-JALOUD / Palacio Real de Arabia Saudita / AFP)
En el caso de Arabia Saudí, la guerra de Rusia contra Ucrania hace muy importante convencer a la dinastía real de esa monarquía de fomentar más exportaciones de petróleo a Europa y reducir su precio, señala el columnista. (Foto de Bandar AL-JALOUD / Palacio Real de Arabia Saudita / AFP)

La visita de Joe Bien a Israel y Arabia Saudí se da en contextos que originalmente los asesores del presidente de Estados Unidos no habían presagiado.

En Israel, el gobierno de coalición se disolvió y Yair Lapid es el primer ministro por pocos meses sin garantías de que un gobierno más nacionalista, con Netanyahu de vuelta al poder, desafíe la agenda bipartidista –previa a Trump– de dos estados para dos pueblos, el de Israel y Palestina. Este contexto no le permite a Biden presionar para que se retomen conversaciones entre el gobierno transitorio de Israel y el de la Autonomía Palestina de Cisjordania.

En el caso de Arabia Saudí, la guerra de Rusia contra Ucrania hace muy importante convencer a la dinastía real de esa monarquía de fomentar más exportaciones de petróleo a Europa y reducir su precio, cuestión que hace de este viaje más importante y menos protocolar que el de Israel. Sin embargo, Biden pedirá a los saudíes fortalecer su relación con Israel y los países árabes que la reconocen en un eje de defensa contra Irán que participa en conflictos del Medio Oriente a través de su Guardia Revolucionaria en la guerra civil del Yemen, en Iraq y en Siria, y con su aliado Hezbollah en el Líbano.

Las negociaciones de EE.UU. para restablecer un acuerdo de inspección de instalaciones nucleares de Irán a cambio de levantar sanciones económicas y comerciales a ese país son casi imposibles ahora que Putin, uno de los garantes de ese convenio que impulsó Obama y que desmontó Trump, no es un socio aceptable para ninguna potencia occidental.

Biden tendrá que conformarse con utilizar este viaje para mejorar su imagen y la del partido demócrata para las elecciones congresales de noviembre, sin lograr ningún cambio importante en el Medio Oriente.