“El discurso de odio y las decisiones hepáticas son la constante de este impúber Gobierno que sigue la siempre fallida receta izquierdista”. (Foto: Presidencia)
“El discurso de odio y las decisiones hepáticas son la constante de este impúber Gobierno que sigue la siempre fallida receta izquierdista”. (Foto: Presidencia)

Gobierna la IRA (izquierda retrógrada y atolondrada, aunque otros preferirían tildarla de asesina), con su consejero principal: el hígado. En escasos 100 días han hecho del país un hervidero y profundizado a niveles insospechados el caos.

El discurso de odio y las decisiones hepáticas son la constante de este impúber Gobierno que sigue la siempre fallida receta izquierdista, apelando a la encarnación de un ente etéreo que se moldea a voluntad del gobernante de turno: el pueblo. Como todo concepto izquierdista, el pueblo será aquello que mejor cumpla con sus objetivos.

Y, es a ese pueblo, al que enfrentan con un enemigo imaginario, pero visible, al que se sindica de ser el culpable de los males que lo aquejan. Bien puede ser los EE.UU. (el favorito de la progresía internacional), las multinacionales, los empresarios, el Congreso (al mejor estilo de Vizcarra y Del Solar) u otro que se amolde a la necesidad de turno.

Clásica receta que usa la IRA para torcer la ley (siempre buscan una Constitución a su medida para mal teñir de legítimas sus tropelías), socavar instituciones (Congreso, tribunales, ministerios, FF.AA. o reguladores como el Indecopi), destruir y confiscar riqueza ajena para luego sojuzgar a la gente a la que obligan a subsistir de las migajas que aventarán sus nuevos “reyes”. El comunismo opera igual que lo hacían las monarquías medievales.

La IRA ama el caos, la pobreza y la destrucción, pues solo en un mundo desolado, lúgubre y mediocre, sus miembros “brillan”.

Presidente: mejorana y hepabionta para controlar el hígado; libertad, talento y respeto a la ley para gobernar el país. Usted puede.


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