“Presidente Castillo, está a tiempo de enmendar. Reconozca sus carencias (lo enaltecería, enormemente) y convoque a los mejores para que lo ayuden a cumplir su sueño de no más pobres en un país rico”.
“Presidente Castillo, está a tiempo de enmendar. Reconozca sus carencias (lo enaltecería, enormemente) y convoque a los mejores para que lo ayuden a cumplir su sueño de no más pobres en un país rico”.

Los continuos desatinos políticos, económicos y sociales, los fuertes indicios de irregularidades y el desprecio por la Constitución, las leyes y la transparencia que este Gobierno muestra en tan poco tiempo se ven reflejados en el desbarajuste que vivimos.

Cuando uno ve un descontrol de esta magnitud en tan poco tiempo, es fácil errar en identificar el origen del problema y enfilamos contra los actores, el camarógrafo o el productor, cuando en realidad el problema radica en el director de la película. Ed Wood es reconocido como el peor director de cine de todos los tiempos.

Del mismo modo, cuando una organización o un emprendimiento fracasa, se debe a que carece de un líder con ideas claras, las cualidades necesarias y el equipo adecuado.

Desde la campaña, Castillo ha sido incapaz de definir qué quiere para el país. Dijo que no era comunista, estatista, ni intervencionista, pero allí está rodeado de lo peor de la izquierda local, que persigue todo lo anterior y van contra el Estado de derecho, la inversión privada y la población formal.

Bajo el lema “No más pobres en un país rico”, lo que está haciendo es, justamente, lo contrario. Está empobreciendo a todo un país.

Presidente Castillo, está a tiempo de enmendar. Reconozca sus carencias (lo enaltecería, enormemente) y convoque a los mejores para que lo ayuden a cumplir su sueño de no más pobres en un país rico. No sea usted nuestro Ed Wood, haga como hizo el regular actor, pero gran presidente Ronald Reagan: escuche y rodéese de los mejores, no de los peores, o persiga la practicidad de Deng Xiaoping y consiga gatos que cacen ratones.


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