"No basta con que Lima, Ica y parte del norte recuperen su dinamismo, el sur tiene que sumarse y recibir una fuerte inyección de inversión". (Foto: KimonBerlin/Flickr)
"No basta con que Lima, Ica y parte del norte recuperen su dinamismo, el sur tiene que sumarse y recibir una fuerte inyección de inversión". (Foto: KimonBerlin/Flickr)

Mucho. Pese a estar bastante mejor desde que el golpista Castillo fuera vacado por el Congreso (lo único bueno que ha hecho hasta ahora) y apresado, la situación actual de tensa calma no tiene visos de mejorar si Dina y Otárola no dan resultados pronto.

La convulsión social promovida por la izquierda ha impactado seriamente en la economía. Aunada a las infortunadas inundaciones del norte, nos ha pasado una factura por encima de los 7 mil millones de soles.

Felizmente, el BCR –¡cuando no!–, ha capeado el ciclón socialista y el temporal y ha mantenido el valor del sol. Pese a ello, aún estamos lejos de recuperar nuestro potencial de crecimiento y la calma política requerida.

Los constantes embates de la izquierda internacional y local solo hacen presagiar que han replegado sus fuerzas y pronto reactivarán las protestas “sociales” a fin de promover la caída de Dina, el cierre del Congreso y nuevas elecciones. El objetivo es simple: retomar el poder e introducir al Perú en el caos socialista, que es donde ellos habitan y se sienten cómodos. El mercado, la libertad (y por ende la responsabilidad) y la competencia, los aterra y repele.

No basta con que Lima, Ica y parte del norte recuperen su dinamismo, el sur tiene que sumarse y recibir una fuerte inyección de inversión. Es urgente retomar el control de Puno, pues es inadmisible que hoy sea un territorio ‘liberado’ que no responde a la autoridad. A los demás, nos toca dejar en evidencia a la nefasta y corrupta izquierda radical peruana, esa de Castillo, Cerrón y la Vero, esa que apoyan los Maduro, AMLO, Evo, Petro, Boric y Fernández.

Jodidos, pero no vencidos.


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