(Foto: @photo.gec)
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Finalmente, uno de esos personajes a los que Castillo nos viene acostumbrando le bajaron el pulgar. Hablamos de Betssy, que comparte el gusto por el plagio de su exjefe y que ha dinamitado la recuperación económica y laboral del país con un desdén psicopático.

Betssy es el reflejo de millones que viven del resentimiento e ignorancia y les aflora toda la arrogancia y prepotencia cuando tienen poder. Es también parte de esa creencia que el Ministerio de Trabajo es una entidad que debe estar dirigida por abogados y sobre todo por los que ignoran cómo funciona la economía y el mercado laboral; mercado que opera bajo las mismas reglas que cualquier otro. Smith 101.

Imponer rigideces laborales que impiden que los trabajadores tengan libertad sobre sus servicios y que las empresas busquen la excelencia de sus trabajadores equivale a ponerle límite a los precios de cualquier bien u obligar a pagar por un producto defectuoso.

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Bajo la falsa premisa de proteger al trabajador se dan aberraciones económicas que solo han traído un mercado informal enorme, restado competitividad a las empresas y alejado la inversión que debiera generar más empleo.

Tan difícil es entender que a mayor rotación laboral y facilidades de recolocación lo que se genera es un mercado dinámico y atractivo que promueve una correcta asignación de recursos y capacidades y la creación de más fuentes de trabajo.

Sueño con un Ministerio del Trabajo pequeño, inteligente y promotor que entienda la dinámica de una economía de mercado y que no esté en manos de abogados ignorantes en economía, que se creen tutores o guardianes de los trabajadores del Perú o penalizadores de empresas.

Lea mañana a: Carlos Bruce

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