(Foto: GEC)
(Foto: GEC)

El daño que le hizo al país el gobierno del expresidente Pedro Castillo es inmensurable. No solo la economía sufrió un golpe gigante, sino absolutamente todas las instituciones que coparon el entonces mandatario y su entorno. Un ejemplo es la Policía Nacional, una entidad desprestigiada que fue utilizada a su antojo por Castillo.

El colaborador eficaz “El Español” reveló que altos mandos policiales tenían conocimiento de que Fray Vásquez, sobrino prófugo de Castillo, se ocultaba en su casa. Incluso aseguró que la designación de Luis Vera como jefe de la PNP, fue para proteger a la familia del entonces presidente.

Otra sospecha es que, a pesar de que muchos consideran que Castillo se atrevió a dar un golpe de Estado sin el apoyo de las fuerzas del orden, parlamentarios denunciaron que algunos efectivos de la PNP no les permitían llegar al Parlamento para votar la vacancia. Si bien Castillo ha puesto en tela de juicio sus habilidades de oratoria y conocimientos básicos, ha demostrado ser muy astuto a la hora de buscar beneficios personales. Entonces, es posible que Castillo se atreviera a intentar quebrar el orden constitucional porque algún mando policial le garantizó su respaldo golpista. Es algo que se tiene que investigar.

Las sospechas ameritan que la PNP sea reformada de raíz. Los sucesivos gobiernos han intentado realizar grandes reformas para institucionalizar a las fuerzas policiales, pero ninguno ha descubierto la pólvora en esta materia. Sin embargo, decenas de países en el mundo ya cuentan con fuerzas policiales de élite. Por ello, se debe acudir a esos países que han transformado a su policía en una institución ejemplar e incorruptible para que se encarguen de entrenar y establecer lineamientos para la construcción de una nueva policía nacional peruana. Será más rápido y eficiente.